domingo, 29 de mayo de 2011
Significado y retos de la instrucción "Universæ Ecclesiæ"
sábado, 28 de mayo de 2011
España, tierra, cielo
Estos días asistimos a episodios de la historia inmediata de España y en otro nivel, a episodios en medio del universo, que hablan de la historia de la humanidad.
Desde Dios todo lo que nos acontece es importante pues nos ama. "Amar lo que El mira", que gran reto, sin embargo, la mirada humana ve lo inmediato, que además le envuelve, alegra, inquieta, perturba o ilusiona. La situación social y política española es de vértigo.
Casi asistimos en otro nivel a aquello que el gran López Quintas ha enseñado a generaciones con el "vértigo y el éxtasis", el sabio sacerdote y filósofo hablaba de los niveles donde las personas pueden permanecer; habitar en lo mas bajo (esclavitud de la concupiscencia) donde el egoísmo reina, o el nivel superior, donde la razón prevalece orientada a lo bello y verdadero, y ahí no hay niveles, se produce la armonía, puerta que abre a la santidad.
Y en otro nivel, hemos asistido a un episodio lleno de humildad, verdad y belleza, hablo de ese coloquio entre el Papa y los astronautas del ´Endeavour´ días pasados.
Unos y otro coincidían en el absurdo de la violencia, si nos viéramos como ellos nos ven desde arriba y otros nos miran desde la Fe.
Claro que hay niveles, si me dieran a elegir no se con cual quedarme, si el de los astronautas, lleno de armonía y humildad, suspendida en el espacio, entre Dios y la tierra, o el nivel del Papa y de los santos, que como niño que vive plenamente el Reino de Dios, ya nos ve a todos como aquel que "ama lo que El mira", y mientras, sufre, ora, construye, confía, espera y ama.
La resurrección de Hungría
Ha habido mucha discusión sobre la Constitución de “la Pascua de la Resurrección” de Hungría. Ese es el apodo que le han dado, no solamente porque fue aprobada con una gran mayoría a su favor el pasado 25 de abril, lunes de la Pascua de Resurrección, sino porque podría representar una resurrección de los valores que muchos pensaron habían desaparecido casi por completo de las leyes en Europa.
Debemos que comprender la importancia de este documento, y la razón por la que hay tantos en Europa que se encuentran en un estado de pánico sobre su aprobación. Es un paso sorpresivo en una dirección muy buena, representando otro paso en lo que muchos creen que en un camino de regreso largo y desnivelado, hacia las raíces de Hungría y de Europa. Es claro, no obstante, que ello marca una desviación de la ideología secular liberal la cual, como una capa pesada y plomiza, parece estar oscureciendo y aplastando tanto en el mundo contemporáneo.
El preámbulo de la constitución comienza con la primera oración del himno nacional húngaro, que lee: “Oh Señor, bendice a esta nación húngara”, trayendo a la memoria las raíces cristianas de esta nación. Luego se continúa enfatizando este tema, señalando el rol único que tuvo San Esteban en el establecimiento de Hungría y el reconocimiento del rol que el cristianismo ha tenido en su preservación. También es interesante ver el modo en que concluye la constitución: “Nosotros, los Miembros del Parlamento electos el 25 de abril de 2010, conscientes de nuestra responsabilidad ante el Hombre y ante Dios, y haciendo uso de nuestra facultad para adoptar esta constitución, hemos determinado lo que será la primera ley fundamental y unificada de Hungría, según lo anteriormente declarado”. ¡Si sólo hubiese más legisladores contemporáneos que admitiesen que tienen una responsabilidad ante Dios!
Sin embargo, dentro de esta constitución, las innovaciones más importantes son las que se encuentran en el artículo 2, la cual establece que “se protegerá la vida del feto desde el momento de la concepción”. En este documento, en su siguiente artículo 3, nota 3, también se prohíben expresamente las prácticas eugenésicas, al igual que el uso del cuerpo humano o de sus partes para ganancia económica y para la clonación humana.
La consecuencia lógica del artículo 2 es que el aborto y otros crímenes contra la vida serán declarados, en un momento determinado, como ilegales y penalizados, luego que esta constitución entre en vigor a partir del 1 de enero de 2012. Y así como lo establece esta constitución, el gobierno le someterá al parlamento las medidas necesarias para la implementación de esta nueva ley fundamental.
Como si se intentase enfatizar la gravedad de su nuevo y redescubierto respeto por la vida humana en todas sus etapas, el gobierno ya está llevando a cabo una campaña de anuncios en contra del aborto que son muy efectivas. Es cierto que la campaña surge más por una necesidad de revertir el colapso demográfico de Hungría. Pero también es bueno ver que el buen juicio comienza a recuperar terreno en la Europa del Este.
La pregunta que muchos se hacen es si el gobierno tendrá el valor de llevarlo hasta su punto final y penalizar el crimen de aborto. Ya están siendo atacados salvajemente por los propulsores a favor del aborto en la Unión Europea y otros lugares. También están siendo presionados para revertir las medidas a favor de la vida o de mitigarlas por medio de otras tácticas.
Algunos cristianos demócratas, quienes son, en gran parte, los responsables por la inclusión de este artículo en la constitución, han declarado, tal como nos lo informó la afiliada de HLI, que ellos no están listos para seguir adelante con la penalización del aborto:
“Esta es la declaración teórica a la que estamos comprometidos; además, la misma encuentra su apoyo en la pasada decisión judicial de la Corte Constitucional. A la misma vez, estamos conscientes del hecho de que no podemos imponer una ley como ésa en la sociedad, dado que no sería aceptada por una gran mayoría de la misma. Por lo tanto, nuestro empeño ahora es el de persuadir a más y más personas que la vida humana debe ser protegida desde el momento de la concepción. Nuestro punto principal es que esta declaración teórica debe quedar claramente incluida en la constitución, y que el acto en sí puede convertirse en realidad, una vez que cambie la opinión de la mayoría en la sociedad en cuanto a este tema.
Los intentos de reavivar las leyes a favor de la vida en Hungría han estado dándose desde hace algún tiempo. La Corte Constitucional de Hungría declaró en 2000, luego que distintos grupos defensores de la vida, incluyendo a la HLI, retaron la validez de la ley de aborto, de que ciertamente era inconstitucionalmente amplia, y de que el procedimiento debería ser más restringido. Pasada esa decisión judicial, el parlamento enmendó algunos de sus aspectos superficiales, pero dichas enmiendas eran, en gran medida, ineficaces. No hay duda que la Constitución de la Pascua de Resurrección será objeto de una demanda judicial ante el Tribunal Europeo de Derecho Humanos, tal como ha sucedido con la ley en contra del aborto de Polonia.
Y en un intento por evitar la confusión desastrosa sobre la naturaleza del matrimonio que ha sobrecogido al occidente, la nueva constitución define la familia como una que “se entiende que consiste de la unión conyugal entre un hombre y una mujer basada en su consentimiento independiente; Hungría también protegerá la institución de la familia, a la que reconoce como la base para la sobrevivencia de la nación”.
En la discusión en el documento sobre los derechos humanos, no se hace mención sobre la orientación sexual. Por lo tanto, no están presentes los argumentos constitucionales con los que se concedería un tratamiento especial a los homosexuales, ni el reconocimiento de las uniones entre personas del mismo sexo.
Esta constitución también anima que haya generosidad con la vida. En primer lugar, hay una medida refrescante que les permitiría a los padres de familia poder votar a nombre de sus hijos menores de edad. El derecho de un menor de edad de poder votar, contados a partir de cada padre o madre, será ejercido por la madre o por su representante legal. En segundo lugar, la constitución establece que las contribuciones sobre impuestos de los padres de familia quedarán determinadas, en parte, por sus gastos en la crianza de los hijos, dándoles una exención contributiva a los padres de familia con niños pequeños, quienes lo necesitan grandemente.
Existen también otras medidas importantes en la nueva constitución. Hay una medida que establece la separación entre Iglesia y Estado, pero no se trata de una separación absoluta. En su lugar, se lee lo siguiente: “Para el logro de las metas de la comunidad, el Estado cooperará con las iglesias”.
Hay otras medidas que prometen una mayor libertad económica, tal como la medida que la economía de Hungría estará basada en el trabajo que genera valor, y en la libertad de comercio. En momentos en que tantos países están produciendo enormes déficits presupuestarios, debemos de elogiar el compromiso de Hungría para mantener una administración de su presupuesto de modo balanceado, transparente y sostenible.
El director de la afiliada de la HLI en Hungría, el doctor Imre Téglásy, tuvo un rol importante en la aprobación de esta constitución, a través de sus contactos políticos y sus esfuerzos inagotables para moldear la opinión pública y la búsqueda de apoyo. Siendo el padre de diez hijos, ya él está dando ejemplo de los valores que él promueve. Y la fortaleza es una característica de la familia Téglásy: el padre del doctor Téglásy fue parte de la iniciativa para la resistencia en contra de los rusos y los comunistas en su región durante el levantamiento en Hungría en 1956. Casi muere, y luego tuvo que pagar un precio alto de manos de las autoridades públicas, por haber defendido la libertad y los derechos humanos. Esta es la batalla que su hijo, nuestro colaborador, continúa realizando hoy día en su defensa de la vida y la familia.
Nada de lo aquí dicho significa que la Constitución de la Pascua de la Resurrección es perfecta. Por ejemplo, la misma se beneficiaría con una mayor precisión dada en algunas de sus secciones. Y un análisis concienzudo muestra que todavía abundan algunos artículos que son parte de una ideología liberal. No obstante, las limitaciones con que adolece el documento, no le resta del magno hecho que su constitución constituye un paso importante y valiente en dirección correcta. Lo que es crucial es el compromiso del gobierno en implementar una efectiva protección de la vida y la familia, y de continuar movilizándose hacia la reconstrucción de una sociedad cuya inspiración proviene de lo mejor de sus tradiciones cristianas.
Pidamos que la nueva Constitución de la Pascua de la Resurrección de Hungría verdaderamente represente la resurrección de este magnífico país que tanto ha sufrido durante su historia
-Monseñor Ignacio Barreiro Carámbula,Presidente de la Human Life International.
jueves, 26 de mayo de 2011
Al rescate de los colegios católicos
1. Equilibrio entre la fe y las cuestiones académicas:
Un colegio católico descansa sobre dos pilares fundamentales que, a su vez, se complementan entre sí: fe y razón. El problema surge cuando se rompe el equilibrio, dándole más importancia a un aspecto que al otro. Las materias religiosas no pueden ser los únicos puntos importantes del temario, ni tampoco se puede caer en una perspectiva cientificista de las asignaturas. El éxito o fracaso de los consejos directivos, dependerá de la capacidad que tengan para conciliar ambos pilares, buscando la educación integral de los alumnos y de las alumnas, sin olvidarse del arte y del deporte.
2. Calidad e inversión:
Los colegios católicos, no pueden quedarse al margen de la competencia educativa, sino que deben intervenir con creatividad y transparencia, valiéndose de los nuevos recursos publicitarios, pues la educación cristiana, no es un tesoro que deba esconderse. Ya no estamos en el siglo pasado, pues ahora en cualquier pueblo o ciudad, además de los colegios católicos, existen muchas otras opciones. Lo anterior, no es una crítica, pues es bueno que haya distintos espacios educativos, lo que si es que representa un nuevo desafío, pues los colegios de inspiración cristiana, deben preocuparse más por la calidad y la inversión de sus instalaciones y equipos.
Religiosos y laicos, tienen que unirse, para dar un nuevo impulso a los colegios católicos, especialmente, a los que se encuentran al borde de cerrar sus puertas, por falta de iniciativas pastorales y académicas. No sólo hay que hablar de la emergencia educativa, sino sentar las bases de una respuesta coordinada y eficaz. Nunca hay que olvidar que educar es amar, siguiendo el ejemplo de Cristo quien siempre estuvo al pendiente de la formación de sus discípulos.
miércoles, 4 de mayo de 2011
Juan Pablo II: entre la soledad y las masas
Originalmente publicado en el diario mexicano Excelsior (enlace original).
«A medida que se acerca el final de mi vida terrena, vuelvo con la memoria a los inicios, a mis padres, a mi hermano y a mi hermana (a la que no conocí, pues murió antes de mi nacimiento), a la parroquia de Wadowice, donde fui bautizado, a esa ciudad tan amada, a mis coetáneos, compañeras y compañeros de la escuela, del bachillerato, de la universidad, hasta los tiempos de la ocupación, cuando trabajé como obrero, y después a la parroquia de Niegowic, a la de San Florián en Cracovia, a la pastoral de los universitarios, al ambiente..., a todos los ambientes..., a Cracovia y a Roma..., a las personas que el Señor me ha encomendado de manera especial».
Son palabras de Juan Pablo II plasmadas en el año 2000 como retoque a su testamento manuscrito de 1979 y que reflejan una de las dimensiones a veces olvidadas de su personalidad: su vida privada.
La austeridad del féretro del primer Papa polaco de la historia impresionó a más de uno el día de la misa de cuerpo presente en la plaza de san Pedro. Hasta cierto punto, aquel ataúd representó elocuentemente lo que había sido la vida entera de Karol Wojtyla: Emilia Kaczorowska, su madre, pereció cuando Karol tenía 9 años. Su primera hermana falleció antes de que él mismo naciera y Edmund, su hermano, murió en 1932. Nueve años después moriría su padre.
A pesar de la orfandad, Karol renunció a formar una familia y entró al seminario. A la decisión le acompañó el duro momento histórico de un régimen impositivo y totalitario que prohibía la fe en su natal Polonia. Joven seminarista, fue adelante con una convicción que jamás perdió de vista: su vocación era un don y un misterio.
Consciente de lo que implicaba su «sí» al plan de Dios, se dejó guiar. Tras unos años de feliz y fecundo sacerdocio fue elegido obispo de Cracovia. Dos docenas de años después, a partir de 1978, tendría que cambiar de residencia… y de nombre, y de idioma, y dejar sus amistades en tierras lejanas, y hacer otras muchas renuncias.
Su rostro, palabra y actividades llegaron entonces a los rincones más remotos del planeta. «Lleva una sonrisa tatuada en la cara», diría algún periodista que le acompañó en sus múltiples viajes pastorales. Y aquella sonrisa pura y transformante fue la que conocimos, admiramos y quisimos.
Razones para estar triste, preocupado o molesto no le faltaban. Pero todos esos pesares, empezando por el de la propia enfermedad, no opacaron su bondad y dulzura. A la soledad de los momentos de dolor se sobrepusieron los de donación generosa hecha vida, acción y consejo.
Alguna vez dijo que el mundo necesitaba testigos más que maestros. Y él fue el primero en encarnar aquel dicho. Fue testigo del amor y del perdón. La imagen del Papa moribundo tras la bala que le traspasó el cuerpo quedó opacada por la del Papa perdonando y acogiendo a su sicario; la imagen del Papa anciano abrazando la cruz de su capilla privada el Viernes Santo de 2005 fue el modo más elocuente de mostrar la radicalidad de la fe, del amor a Dios que comenzó cuando niño y de la compañía que nunca falla: la de Cristo.
Todas esas renuncias y momentos de dolor en soledad humana quedaron compensados con el cariño espontáneo de la gente que se congregó en san Pedro para acompañar al amigo, padre y maestro ese 2 de abril de 2005. El ataúd austero tuvo el adorno de la cercanía, el afecto y el respeto de todas esas personas que, como dice el testamento, le «habían sido encomendadas de modo especial». Y desde entonces su sobria tumba ha estado siempre acompañada como lo estará el 1 de mayo en que será declarado beato.