domingo, 29 de mayo de 2011

Significado y retos de la instrucción "Universæ Ecclesiæ"



La Pontificia Comisión Ecclesia Dei ha publicado el 13 de mayo de 2011 la instrucción Universæ Ecclesiæ, relativa a la aplicación del Motu Propio Summorum Pontificum en el que se reconocía y regulaba la libertad de los sacerdotes y de los fieles para celebrar la Liturgia anterior a la promulgación del nuevo Ordo Missae de 1969.
Las Instrucciones, por las cuales se aclaran las prescripciones de las leyes, y se desarrollan y determinan las formas en que ha de ejecutarse la ley, se dirigen a aquellos a quienes compete cuidar que se cumplan las leyes, y les obligan para la ejecución de las mismas” (Código de Derecho Canónico, c. 34). Ahí radica la trascendencia de este documento elaborado después de que los obispos del mundo entero comunicaron a Roma el balance de los tres años transcurridos desde la publicación del Motu Proprio antes citado.
Universæ Ecclesiæ tiene por fin “garantizar la correcta interpretación y la recta aplicación del Motu Proprio Summorum Pontificum” (nº 12) incluso frente a objeciones y dificultades que pudieran encontrar respaldo entre el episcopado. Esto lleva al documento romano a recordar ciertos puntos:
— Con ese Motu Propio, Benedicto XVI promulgó una ley universal para la Iglesia, con la intención de dar un nuevo cuadro normativo al uso de la liturgia romana vigente en 1962 (nº 2). El documento tenía como objetivo “ofrecer a todos los fieles la Liturgia Romana en el usus antiquior, considerada como un tesoro precioso que hay que conservar”.
— Se reafirma el principio tradicional, reconocido desde tiempo inmemorial, y que se ha de conservar en el porvenir, según el cual “cada Iglesia particular debe concordar con la Iglesia universal, no solo en cuanto a la doctrina de la fe y a los signos sacramentales, sino también respecto a los usos universalmente aceptados de la ininterrumpida tradición apostólica, que deben observarse no solo para evitar errores, sino también para transmitir la integridad de la fe, para que la ley de la oración de la Iglesia corresponda a su ley de fe” (nº 3).
Igualmente, la Instrucción concede a la Comisión Ecclesia Dei un poder reforzado y la facultad de resolver como superior jerárquico, sobre los recursos que se le presenten contra decisiones de los obispos que parezcan contrarias al Motu Propio (nº 10, §1).
No cabe duda que la Instrucción Universæ Ecclesiæ, constituye una etapa importante en el reconocimiento de los derechos de la Misa Tradicional. Sin embargo, una verdadera acogida de este documento no se producirá si no pasa por una sincera conversión y apertura a los criterios aquí señalados al tiempo que, necesariamente, queda abierto el debate sobre el fondo doctrinal.

sábado, 28 de mayo de 2011

España, tierra, cielo

La vida a veces se dibuja como una escalera, cada peldaño te eleva, o te baja. Así la vida del alma, o como se llamo a aquel libro que resumía los 24 años de Teresita de Lisieux,una vida, una historia del alma.

Estos días asistimos a episodios de la historia inmediata de España y en otro nivel, a episodios en medio del universo, que hablan de la historia de la humanidad.

Desde Dios todo lo que nos acontece es importante pues nos ama. "Amar lo que El mira", que gran reto, sin embargo, la mirada humana ve lo inmediato, que además le envuelve, alegra, inquieta, perturba o ilusiona. La situación social y política española es de vértigo.

Casi asistimos en otro nivel a aquello que el gran López Quintas ha enseñado a generaciones con el "vértigo y el éxtasis", el sabio sacerdote y filósofo hablaba de los niveles donde las personas pueden permanecer; habitar en lo mas bajo (esclavitud de la concupiscencia) donde el egoísmo reina, o el nivel superior, donde la razón prevalece orientada a lo bello y verdadero, y ahí no hay niveles, se produce la armonía, puerta que abre a la santidad.

Y en otro nivel, hemos asistido a un episodio lleno de humildad, verdad y belleza, hablo de ese coloquio entre el Papa y los astronautas del ´Endeavour´ días pasados.

Ver al Papa, ese niño grande y anciano sabio, preguntando a los astronautas "como se ve la tierra, si es tan bonito como dicen", o preguntarles por la aventura -de cada uno- para dar el salto... a otro nivel, el de la aventura humana, que camina hacia Dios, pero que es incapaz de verse a si misma como nos ven desde el espacio, y en un ultimo y supremo nivel, como nos contempla Dios.

Unos y otro coincidían en el absurdo de la violencia, si nos viéramos como ellos nos ven desde arriba y otros nos miran desde la Fe.

Claro que hay niveles, si me dieran a elegir no se con cual quedarme, si el de los astronautas, lleno de armonía y humildad, suspendida en el espacio, entre Dios y la tierra, o el nivel del Papa y de los santos, que como niño que vive plenamente el Reino de Dios, ya nos ve a todos como aquel que "ama lo que El mira", y mientras, sufre, ora, construye, confía, espera y ama.

La resurrección de Hungría

Ha habido mucha discusión sobre la Constitución de “la Pascua de la Resurrección” de Hungría. Ese es el apodo que le han dado, no solamente porque fue aprobada con una gran mayoría a su favor el pasado 25 de abril, lunes de la Pascua de Resurrección, sino porque podría representar una resurrección de los valores que muchos pensaron habían desaparecido casi por completo de las leyes en Europa.

Debemos que comprender la importancia de este documento, y la razón por la que hay tantos en Europa que se encuentran en un estado de pánico sobre su aprobación. Es un paso sorpresivo en una dirección muy buena, representando otro paso en lo que muchos creen que en un camino de regreso largo y desnivelado, hacia las raíces de Hungría y de Europa. Es claro, no obstante, que ello marca una desviación de la ideología secular liberal la cual, como una capa pesada y plomiza, parece estar oscureciendo y aplastando tanto en el mundo contemporáneo.

El preámbulo de la constitución comienza con la primera oración del himno nacional húngaro, que lee: “Oh Señor, bendice a esta nación húngara”, trayendo a la memoria las raíces cristianas de esta nación. Luego se continúa enfatizando este tema, señalando el rol único que tuvo San Esteban en el establecimiento de Hungría y el reconocimiento del rol que el cristianismo ha tenido en su preservación. También es interesante ver el modo en que concluye la constitución: “Nosotros, los Miembros del Parlamento electos el 25 de abril de 2010, conscientes de nuestra responsabilidad ante el Hombre y ante Dios, y haciendo uso de nuestra facultad para adoptar esta constitución, hemos determinado lo que será la primera ley fundamental y unificada de Hungría, según lo anteriormente declarado”. ¡Si sólo hubiese más legisladores contemporáneos que admitiesen que tienen una responsabilidad ante Dios!

Sin embargo, dentro de esta constitución, las innovaciones más importantes son las que se encuentran en el artículo 2, la cual establece que “se protegerá la vida del feto desde el momento de la concepción”. En este documento, en su siguiente artículo 3, nota 3, también se prohíben expresamente las prácticas eugenésicas, al igual que el uso del cuerpo humano o de sus partes para ganancia económica y para la clonación humana.

La consecuencia lógica del artículo 2 es que el aborto y otros crímenes contra la vida serán declarados, en un momento determinado, como ilegales y penalizados, luego que esta constitución entre en vigor a partir del 1 de enero de 2012. Y así como lo establece esta constitución, el gobierno le someterá al parlamento las medidas necesarias para la implementación de esta nueva ley fundamental.

Como si se intentase enfatizar la gravedad de su nuevo y redescubierto respeto por la vida humana en todas sus etapas, el gobierno ya está llevando a cabo una campaña de anuncios en contra del aborto que son muy efectivas. Es cierto que la campaña surge más por una necesidad de revertir el colapso demográfico de Hungría. Pero también es bueno ver que el buen juicio comienza a recuperar terreno en la Europa del Este.

La pregunta que muchos se hacen es si el gobierno tendrá el valor de llevarlo hasta su punto final y penalizar el crimen de aborto. Ya están siendo atacados salvajemente por los propulsores a favor del aborto en la Unión Europea y otros lugares. También están siendo presionados para revertir las medidas a favor de la vida o de mitigarlas por medio de otras tácticas.

Algunos cristianos demócratas, quienes son, en gran parte, los responsables por la inclusión de este artículo en la constitución, han declarado, tal como nos lo informó la afiliada de HLI, que ellos no están listos para seguir adelante con la penalización del aborto:

“Esta es la declaración teórica a la que estamos comprometidos; además, la misma encuentra su apoyo en la pasada decisión judicial de la Corte Constitucional. A la misma vez, estamos conscientes del hecho de que no podemos imponer una ley como ésa en la sociedad, dado que no sería aceptada por una gran mayoría de la misma. Por lo tanto, nuestro empeño ahora es el de persuadir a más y más personas que la vida humana debe ser protegida desde el momento de la concepción. Nuestro punto principal es que esta declaración teórica debe quedar claramente incluida en la constitución, y que el acto en sí puede convertirse en realidad, una vez que cambie la opinión de la mayoría en la sociedad en cuanto a este tema.

Los intentos de reavivar las leyes a favor de la vida en Hungría han estado dándose desde hace algún tiempo. La Corte Constitucional de Hungría declaró en 2000, luego que distintos grupos defensores de la vida, incluyendo a la HLI, retaron la validez de la ley de aborto, de que ciertamente era inconstitucionalmente amplia, y de que el procedimiento debería ser más restringido. Pasada esa decisión judicial, el parlamento enmendó algunos de sus aspectos superficiales, pero dichas enmiendas eran, en gran medida, ineficaces. No hay duda que la Constitución de la Pascua de Resurrección será objeto de una demanda judicial ante el Tribunal Europeo de Derecho Humanos, tal como ha sucedido con la ley en contra del aborto de Polonia.

Y en un intento por evitar la confusión desastrosa sobre la naturaleza del matrimonio que ha sobrecogido al occidente, la nueva constitución define la familia como una que “se entiende que consiste de la unión conyugal entre un hombre y una mujer basada en su consentimiento independiente; Hungría también protegerá la institución de la familia, a la que reconoce como la base para la sobrevivencia de la nación”.

En la discusión en el documento sobre los derechos humanos, no se hace mención sobre la orientación sexual. Por lo tanto, no están presentes los argumentos constitucionales con los que se concedería un tratamiento especial a los homosexuales, ni el reconocimiento de las uniones entre personas del mismo sexo.

Esta constitución también anima que haya generosidad con la vida. En primer lugar, hay una medida refrescante que les permitiría a los padres de familia poder votar a nombre de sus hijos menores de edad. El derecho de un menor de edad de poder votar, contados a partir de cada padre o madre, será ejercido por la madre o por su representante legal. En segundo lugar, la constitución establece que las contribuciones sobre impuestos de los padres de familia quedarán determinadas, en parte, por sus gastos en la crianza de los hijos, dándoles una exención contributiva a los padres de familia con niños pequeños, quienes lo necesitan grandemente.

Existen también otras medidas importantes en la nueva constitución. Hay una medida que establece la separación entre Iglesia y Estado, pero no se trata de una separación absoluta. En su lugar, se lee lo siguiente: “Para el logro de las metas de la comunidad, el Estado cooperará con las iglesias”.

Hay otras medidas que prometen una mayor libertad económica, tal como la medida que la economía de Hungría estará basada en el trabajo que genera valor, y en la libertad de comercio. En momentos en que tantos países están produciendo enormes déficits presupuestarios, debemos de elogiar el compromiso de Hungría para mantener una administración de su presupuesto de modo balanceado, transparente y sostenible.

El director de la afiliada de la HLI en Hungría, el doctor Imre Téglásy, tuvo un rol importante en la aprobación de esta constitución, a través de sus contactos políticos y sus esfuerzos inagotables para moldear la opinión pública y la búsqueda de apoyo. Siendo el padre de diez hijos, ya él está dando ejemplo de los valores que él promueve. Y la fortaleza es una característica de la familia Téglásy: el padre del doctor Téglásy fue parte de la iniciativa para la resistencia en contra de los rusos y los comunistas en su región durante el levantamiento en Hungría en 1956. Casi muere, y luego tuvo que pagar un precio alto de manos de las autoridades públicas, por haber defendido la libertad y los derechos humanos. Esta es la batalla que su hijo, nuestro colaborador, continúa realizando hoy día en su defensa de la vida y la familia.

Nada de lo aquí dicho significa que la Constitución de la Pascua de la Resurrección es perfecta. Por ejemplo, la misma se beneficiaría con una mayor precisión dada en algunas de sus secciones. Y un análisis concienzudo muestra que todavía abundan algunos artículos que son parte de una ideología liberal. No obstante, las limitaciones con que adolece el documento, no le resta del magno hecho que su constitución constituye un paso importante y valiente en dirección correcta. Lo que es crucial es el compromiso del gobierno en implementar una efectiva protección de la vida y la familia, y de continuar movilizándose hacia la reconstrucción de una sociedad cuya inspiración proviene de lo mejor de sus tradiciones cristianas.

Pidamos que la nueva Constitución de la Pascua de la Resurrección de Hungría verdaderamente represente la resurrección de este magnífico país que tanto ha sufrido durante su historia

-Monseñor Ignacio Barreiro Carámbula,Presidente de la Human Life International.

jueves, 26 de mayo de 2011

Al rescate de los colegios católicos

El Papa Benedicto XVI, consciente de los nuevos desafíos en el campo de la educación occidental, ha señalado la importancia de tomar “cartas” en el asunto. Así lo hizo saber, en un discurso dirigido a los obispos italianos, correspondiente al 27 de mayo del año 2010. En su mensaje, señaló las claves de la emergencia educativa, abogando por una nueva pedagogía, capaz de humanizar y formar a los alumnos y a las alumnas, a partir de una perspectiva, que realmente les ayude a ser críticos con la realidad que les está tocando vivir. La Iglesia, como parte de la sociedad, tiene mucho que hacer al respecto, empezando por aquellos colegios que se consideran de inspiración cristiana.


1. Equilibrio entre la fe y las cuestiones académicas:


Un colegio católico descansa sobre dos pilares fundamentales que, a su vez, se complementan entre sí: fe y razón. El problema surge cuando se rompe el equilibrio, dándole más importancia a un aspecto que al otro. Las materias religiosas no pueden ser los únicos puntos importantes del temario, ni tampoco se puede caer en una perspectiva cientificista de las asignaturas. El éxito o fracaso de los consejos directivos, dependerá de la capacidad que tengan para conciliar ambos pilares, buscando la educación integral de los alumnos y de las alumnas, sin olvidarse del arte y del deporte.


2. Calidad e inversión:


Los colegios católicos, no pueden quedarse al margen de la competencia educativa, sino que deben intervenir con creatividad y transparencia, valiéndose de los nuevos recursos publicitarios, pues la educación cristiana, no es un tesoro que deba esconderse. Ya no estamos en el siglo pasado, pues ahora en cualquier pueblo o ciudad, además de los colegios católicos, existen muchas otras opciones. Lo anterior, no es una crítica, pues es bueno que haya distintos espacios educativos, lo que si es que representa un nuevo desafío, pues los colegios de inspiración cristiana, deben preocuparse más por la calidad y la inversión de sus instalaciones y equipos.

3. Cerrar o replegarse no es una opción:

No obstante, la falta de vocaciones en las congregaciones que se dedican a la educación, cerrar o replegarse no debe ser la primera opción, pues existe la posibilidad de contar con un buen equipo de laicos que, a su vez, puedan aportar nuevas ideas en el campo de la pastoral educativa. Ciertamente, la misión de los colegios católicos, implica un sentido de responsabilidad muy fuerte, sin embargo, vale la pena asumirlo, por la serie de aportaciones que brindan a la sociedad del siglo XXI.


Religiosos y laicos, tienen que unirse, para dar un nuevo impulso a los colegios católicos, especialmente, a los que se encuentran al borde de cerrar sus puertas, por falta de iniciativas pastorales y académicas. No sólo hay que hablar de la emergencia educativa, sino sentar las bases de una respuesta coordinada y eficaz. Nunca hay que olvidar que educar es amar, siguiendo el ejemplo de Cristo quien siempre estuvo al pendiente de la formación de sus discípulos.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Juan Pablo II: entre la soledad y las masas




Originalmente publicado en el diario mexicano Excelsior (enlace original).

«A medida que se acerca el final de mi vida terrena, vuelvo con la memoria a los inicios, a mis padres, a mi hermano y a mi hermana (a la que no conocí, pues murió antes de mi nacimiento), a la parroquia de Wadowice, donde fui bautizado, a esa ciudad tan amada, a mis coetáneos, compañeras y compañeros de la escuela, del bachillerato, de la universidad, hasta los tiempos de la ocupación, cuando trabajé como obrero, y después a la parroquia de Niegowic, a la de San Florián en Cracovia, a la pastoral de los universitarios, al ambiente..., a todos los ambientes..., a Cracovia y a Roma..., a las personas que el Señor me ha encomendado de manera especial».

Son palabras de Juan Pablo II plasmadas en el año 2000 como retoque a su testamento manuscrito de 1979 y que reflejan una de las dimensiones a veces olvidadas de su personalidad: su vida privada.

La austeridad del féretro del primer Papa polaco de la historia impresionó a más de uno el día de la misa de cuerpo presente en la plaza de san Pedro. Hasta cierto punto, aquel ataúd representó elocuentemente lo que había sido la vida entera de Karol Wojtyla: Emilia Kaczorowska, su madre, pereció cuando Karol tenía 9 años. Su primera hermana falleció antes de que él mismo naciera y Edmund, su hermano, murió en 1932. Nueve años después moriría su padre.

A pesar de la orfandad, Karol renunció a formar una familia y entró al seminario. A la decisión le acompañó el duro momento histórico de un régimen impositivo y totalitario que prohibía la fe en su natal Polonia. Joven seminarista, fue adelante con una convicción que jamás perdió de vista: su vocación era un don y un misterio.

Consciente de lo que implicaba su «sí» al plan de Dios, se dejó guiar. Tras unos años de feliz y fecundo sacerdocio fue elegido obispo de Cracovia. Dos docenas de años después, a partir de 1978, tendría que cambiar de residencia… y de nombre, y de idioma, y dejar sus amistades en tierras lejanas, y hacer otras muchas renuncias.

Su rostro, palabra y actividades llegaron entonces a los rincones más remotos del planeta. «Lleva una sonrisa tatuada en la cara», diría algún periodista que le acompañó en sus múltiples viajes pastorales. Y aquella sonrisa pura y transformante fue la que conocimos, admiramos y quisimos.

Razones para estar triste, preocupado o molesto no le faltaban. Pero todos esos pesares, empezando por el de la propia enfermedad, no opacaron su bondad y dulzura. A la soledad de los momentos de dolor se sobrepusieron los de donación generosa hecha vida, acción y consejo.

Alguna vez dijo que el mundo necesitaba testigos más que maestros. Y él fue el primero en encarnar aquel dicho. Fue testigo del amor y del perdón. La imagen del Papa moribundo tras la bala que le traspasó el cuerpo quedó opacada por la del Papa perdonando y acogiendo a su sicario; la imagen del Papa anciano abrazando la cruz de su capilla privada el Viernes Santo de 2005 fue el modo más elocuente de mostrar la radicalidad de la fe, del amor a Dios que comenzó cuando niño y de la compañía que nunca falla: la de Cristo.

Todas esas renuncias y momentos de dolor en soledad humana quedaron compensados con el cariño espontáneo de la gente que se congregó en san Pedro para acompañar al amigo, padre y maestro ese 2 de abril de 2005. El ataúd austero tuvo el adorno de la cercanía, el afecto y el respeto de todas esas personas que, como dice el testamento, le «habían sido encomendadas de modo especial». Y desde entonces su sobria tumba ha estado siempre acompañada como lo estará el 1 de mayo en que será declarado beato.

La Cruz en el esplendor pascual




En el calendario del rito hispano-mozárabe, hoy se celebra la Invención (Hallazgo) de la Santa Cruz. Llena de alegría pascual, la liturgia miraba a la Cruz ya iluminada por el fulgor de la resurrección.

La expresión popular lo tradujo en las fiestas de las Cruces de mayo, elaboradas con flores.

Miremos la Cruz gloriosa del Salvador.

"Brillan rayos de luz sagrada, se encienden luces puras del puro Espíritu, se abren tesoros celestes de gloria y de divinidad. La noche densa y oscura quedó absorbida, su negra oscuridad quedó anulada, la sombría muerte se desvaneció entre sombras. La vida se extendió en todo el universo; todo quedó lleno de una luz inconmensurable; la salida del sol del Oriente transfigura el mundo llenándole de luz. El gran Cristo, engendrado antes que el lucero del alba y antes que los astros, el Inmortal y el Rico, se manifiesta al universo brillante más que el sol. ¡Por eso, para los que hemos creído, amanece un día largo, eterno y eternamente resplandeciente!

¡Pascua!, el Misterio celebrado en figura por la Ley, pero cumplido realmente en Cristo.

¡Pascua!, el prodigio, el asombro, obra de la fuerza y del poder milagrosos de Dios, verdaderamente fiesta y memorial sempiterno.

¡De la pasión, impasibilidad;
de la muerte, inmortalidad;
del cadáver, vida;
de la enfermedad, salud;
de la caída, resurrección;
del hundimiento, elevación!

Así realiza Dios las cosas grandes; de lo imposible hace cosas maravillosas, para que se sepa que sólo Él puede hacer lo que quiere...

¡Que los cielos de los cielos celebren la fiesta, pues el divino Espíritu invita a que anuncien la gloria del Señor quienes fueron los primeros en recibir las lamentaciones de los Padres al óbito del divino Resucitado!



¡Que la celebren también los ángeles y los arcángeles de los cielos y todo el ejército celestial, al ver que el jefe supremo del ejército celeste viene corporalmente al mundo!


¡Que la celebren también los coros de estrellas anunciando al que sale antes del lucero matutino!

¡Celébrela también el aire que se extiende en profundidades y extensiones infinitas!

¡Celébrela el agua salada del mar, honrada con las huellas y pisadas del Señor!

¡También la tierra debe celebrar esta fiesta por haber sido lavada en sangre divina!

¡Que la celebren también todas las almas de los hombres, reanimadas y reengendradas por la resurrección!..."

(Sermón pascual del Pseudo-Hipólito
en Odo Casel, El Misterio de la Cruz, pp. 208s).