lunes, 7 de noviembre de 2016

La Teología del Papa Francisco es la Teología Argentina del Pueblo/ Por Ronald Rivera (Para el Boston College)




La Palabra Pueblo


Al profundizar el término "Pueblo" en la teología latinoamericana, nos tropezamos con una riqueza inmensa desde los inicios postconciliares en el Documento de Medellín. Y de una manera particular y viva en el Pontificado del Papa Francisco, que bebe de la Teología Argentina del Pueblo. SS Francisco toma el término "Pueblo" desde la propuesta de Lucio Gera, quién llamaba "Pueblo" a la "multitud de pobres" en su texto "Pueblo, religión del puebo e Iglesia". El pueblo es entendido como sujeto, capaz de crear y orientar la historia. La hermenéutica propia de la cultura implica que hablar de pobre es hablar de pobres. 
El contexto de una teología del Pueblo de Dios se origina en la reunión, después del Concilio, de la COEPAL (13 mayo de 1966), donde la Iglesia argentina reflexiona la etapa postconciliar desde las formas comunitarias de la Iglesia. Esta nueva etapa latinoamericana toma base de la Gaudium et Spes 57: "la misión de trabajar con todos los hombres en la edificación de un mundo más humano".
El Papa, hijo de la Teología del Pueblo, de Gera y Rafael Tello, asume el término "Pueblo" como línea de acción y faro eclesiológico, bajo la forma de una sotereología inclusiva y relacional en continuidad con la Lumen Gentium (LG 9). Por ello SS Francisco en la Evangilii Gaudium 114 dice: "Ser una Iglesia es ser Pueblo de Dios". El Papa nos enseña en la Evangelii Gaudium: "Dios ha elegido convocarlos como pueblo y no como seres aislados".
Destaco el valioso aporte del Documento de Puebla, en especial en la redacción del número 386 (uno de cuyos responsables fue Gera), donde se inserta la palabra "Pueblo" previlegiando la "unidad"  de nuestra región. En ese contexto el Documento de Puebla también habla del "antipueblo" como aquello que oprime personal o estructuralmente. J.S. Scannone en su artículo "La Teología Argentina del Pueblo" definirá el antipueblo como situación de pecado que vive el subcontinente latinoamericano como innumerables pecados estructurales que la conforman, de la cual hemos de liberarnos.
El aporte de la teología del pueblo para la Iglesia y la sociedad
El aporte de la Teología del Pueblo, inserta en la noción de SS Francisco de "alma del pueblo", se encuentra: en la adecuación del "Pueblo de Dios" en el sentir del la Lumen Gentium (Concilio Vat II) a nuestra realidad latinoamericana. En esta línea la Teología del Pueblo  abre nuevas reflexiones sobre el pueblo y su cultura, así como acerca de la piedad popular hoy en día, tanto en Argentina como en toda América Latina.
como la explicó el propio Bergoglio en Buenos Aires en el año 1999:
«nuestro pueblo tiene alma, y porque podemos hablar del alma de un pueblo, podemos hablar de una hermenéutica, de una manera de ver la realidad, de una conciencia. Hoy, en medio de los conflictos, este pueblo nos enseña que no hay que hacerle caso a aquellos que pretenden destilar la realidad en ideas, que no nos sirven los intelectuales sin talento, ni los eticistas sin bondad, sino que hay que apelar a lo hondo de nuestra dignidad como pueblo, apelar a nuestra sabiduría, apelar a nuestras reservas culturales. Es una verdadera revolución, no contra un sistema, sino interior; una revolución de memoria y ternura: memoria de las grandes gestas fundantes, heroicas... y memoria de los gestos sencillos que hemos mamado en familia» (Cf. BERGOGLIO J. M., Ponerse la patria al hombro, Claretiana, Buenos Aires 2005, 6. Palabras que fueron, a la vez, pronunciadas en el Te Deum celebrado en la Catedral de Buenos Aires el 25 de mayo de 1999). 
Scannone S.J. no refiere que el aporte de la Teología del Pueblo está en la comprensión sistemática de la catolicidad, la encarnación y el intercambio entre el Pueblo de Dios (refiriéndose al D. de Puebla) y los pueblos del mundo. Esta conclusión la toma Scannone de la tesis doctoral de Carlos Galli, que nos señala que la Teología del Pueblo abre un camino a una eclesiología inculturada que se autorreflexiona teológicamente. Carlos Galli nos lleva a comprender la teología: en los pueblos, de los pueblos, desde los pueblos, para los pueblos y entre los pueblos.
La cultura está unida a la Teología del Pueblo, y esta unión hace que dos aspectos teológicos importantes tomen cuerpo en América Latina. Estos dos aspectos son: primero, la religiosidad popular entendida por Paul Tillich como núcleo de la cultura del pueblo. Y segundo aspecto, la piedad de los "pobres y sencillos" a la que hace referencia el Papa Pablo VI en la Evangelii Nuntiandi 48. Gran claridad profética del Papa Pablo VI, desde su amor a Latinoamerica, expresado en la conformación del Documento de Medellín.
Por consiguiente la teología argentina del pueblo, "corriente con rasgos propios dentro de la teología de la liberación" (G. Gutiérrez), ha contribuido a la rica tradición teológica latinoamericana. Cuya maduración y crecimiento lo encontramos en el Pontificado del Papa Francisco.