“Esta separación me deja un enorme vacío, me cuesta hasta reconocer incluso quién soy sin mi pareja a mi lado. Un día sellamos nuestro matrimonio confiando en que sería para siempre, pero hemos vivido conflictos que se han vuelto casi insoportables y una crisis que parece insuperable.
¡Cuántas ilusiones decepcionadas y heridas, qué dolorosa falta de entendimiento, comprensión y amor!
Padre eterno, en tu misericordia infinita, inspíranos el modo de seguir adelante en medio de tantas dificultades y sufrimientos. Regálanos el perdón que sana y tu paz. Sé nuestro refugio, nuestra luz, nuestra esperanza.
Y si la reconciliación no es posible, concédenos la paz que brota de haber intentado todos los caminos posibles y de aceptar que hay circunstancias que no dependen de nosotros.
Señor Jesús, permanece a mi lado, por favor, siempre, como Esposo perfecto, hazme fiel a Ti. Madre María, que podamos acogerte en casa, enséñanos a amar. Amén”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario