sábado, 17 de febrero de 2024

Oraciones de Alabanza al Señor




ORACIÓN DE ALABANZA AL SEÑOR


“De Ti, Señor, nuestra vida nació

Que mi boca cante tu alabanza

Tú eres mi apoyo y refugio, Señor

Que mi boca cante tu alabanza

En Ti se alegra y canta mi ser

Que mi boca cante tu alabanza

Mi confianza está en tu bondad

Que mi boca cante tu alabanza

Te alabamos hoy, por tu poder

Te alabamos por tu bondad

Gloria a Ti, Señor, Tú, vencedor

Que me inunde tu gran amor

Que mi boca cante tu alabanza.” Amén



Oración para alabar y dar gracias a Dios

“Espíritu divino, ven a mi alma. Poséela y elévala en alabanza al Padre. Ora en mí y alábalo en mí.

Dios mío, creador mío, redentor mío, te alabo, te bendigo, te doy gracias. Solo tú eres Santo, solo tú eres digno de toda alabanza. Te doy gracias por mi vida, por mis alegrías, por mis tristezas. Todo te lo debo a ti, y todo es para ti. Te alabo con mis manos, con mi voz y con mi vida. Solo a ti quiero adorarte, bendecirte, alabarte.

Que mi vida sea una alabanza agradable en tu presencia. Que el perfume de mi alabanza llene tu Iglesia y la embellezca.

Esto es lo más grande que te puedo dar. Acéptalo Señor

Amén.”


Te Deum

“A ti, oh Dios, te alabamos,

a ti, Señor, te reconocemos.

A ti, eterno Padre,

te venera toda la creación.

Los ángeles todos, los cielos

y todas las potestades te honran.

Los querubines y serafines

te cantan sin cesar:

Santo, Santo, Santo es el Señor,

Dios de los ejércitos.

Los cielos y la tierra

están llenos de la majestad de tu gloria.

A ti te ensalza el glorioso coro de los apóstoles,

la multitud admirable de los profetas,

el blanco ejército de los mártires.

A ti la Iglesia santa,

extendida por toda la tierra, te aclama:

Padre de inmensa majestad,

Hijo único y verdadero, digno de adoración,

Espíritu Santo, defensor,

Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.

Tú eres el Hijo único del Padre.

Tú, para liberar al hombre,

aceptaste la condición humana sin desdeñar el seno de la Virgen.

Tú, rotas las cadenas de la muerte,

abriste a los creyentes el Reino de los Cielos.

Tú sentado a la derecha de Dios

en la gloria del Padre.

Creemos que un día has de venir como juez.

Te rogamos, pues, que vengas en ayuda de tus siervos,

a quienes redimiste con tu preciosa sangre.

Haz que en la gloria eterna

nos asociemos a tus santos.

Salva a tu pueblo, Señor,

y bendice tu heredad.

Sé su pastor

y ensálzalo eternamente.

Día tras día te bendecimos

y alabamos tu nombre para siempre,

por eternidad de eternidades.

Dígnate, Señor, en este día

guardarnos del pecado.

Ten piedad de nosotros, Señor,

ten piedad de nosotros.

Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,

como lo esperamos de ti.

En ti, Señor, confié,

no me veré defraudado para siempre.”


Salmo 150: ¡Aleluya, alaben a Dios!

“Alaben a Dios en su Santuario,

alábenlo en su poderoso firmamento;

alábenlo por su inmensa grandeza.

Alábenlo con toques de trompeta,

alábenlo con el arpa y la cítara;

alábenlo con tambores y danzas,

alábenlo con laudes y flautas.

Alábenlo con platillos sonoros,

alábenlo con platillos vibrantes,

¡Que todos los seres vivientes

alaben al Señor!

¡Aleluya!”


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