En 1966 un músico fracasado y domador de leones, Anton La Vey, fundó la iglesia de Satanás en San Francisco. Pero había algo que no encajaba, aunque usaba túnicas negras cráneos en sus rituales. En privado decía que la parte de Satanás era una farsa. Él no creía en Satán, pero para llegar a su verdadero objetivo tenía que hacer uso de su poderosa imagen. Comenzó escandalizando a la sociedad puritana de los años 60 y su misa negra, donde una mujer desnuda servía de altar, no era más que la superficie. Detrás de cada ritual había un mensaje oculto. Satanás es el mejor aliado para destruir a la iglesia. La no quería adorar al diablo sino usar su imagen para promover el ateísmo y el hedonismo. Y había algo más detrás de su obsesión con la imagen del diablo.
Su biblia satánica, escrita en solo tres semanas era una mezcla de filosofía de Nietzsche, rituales de circo y consejos para ligar. Pero aquí está el dato que pocos saben. La Vey vendía bautismos satánicos por $100. Su justificación era que si la Iglesia Católica cobra por bautizar, ¿Por qué él no habría de hacerlo? Sus seguidores, en su mayoría artistas y excéntricos millonarios, pagaban por formar parte de un club exclusivo donde el único pecado era el aburrimiento. Aunque la prensa los tachó de adoradores del mal, la verdad era más absurda. Usaban la figura de Satanás para vacunar contra el fanatismo religioso, pero su juego tenía límites y no todos estaban satisfechos con el enfoque teatral de la Vey.
En 1975, Michael Aquino, uno de sus discípulos más cercanos, decidió separarse y fundar algo completamente distinto, el templo de Set. Michael Aquino no era un satanista común, era un coronel del ejército estadounidense especializado en operaciones psicológicas. Según él, en 1975 tuvo una visión en la que el dios egipcio Set se le apareció y le reveló que Satanás era solo una sombra de su verdadero poder. Set, una deidad asociada con el caos y la transformación, se convirtió en el centro de una nueva filosofía.
A diferencia de la Vey, Aquino no veía a Set como un símbolo, sino como una entidad real que podía guiar a sus seguidores hacia la iluminación espiritual. Los rituales del templo de Set no incluían mujeres desnudas ni escándalos públicos, en cambio, se enfocaban en la meditación profunda y la autoexploración. Uno de sus rituales más extremos. El viaje del alma requería que los miembros pasaran 72 horas en aislamiento total, sin comida ni agua para renacer espiritualmente. Pero aquí hay algo que pocos saben. En 1986, Aquino fue investigado por el FBI tras descubrirse que varios manuales de la orden de los nueve ángulos, una organización neonazi, estaban escondidos en su casa. Aunque nunca se probó su conexión directa, el escándalo manchó la reputación del templo de Set. Hoy el templo de Set sigue activo, pero con una condición inquietante para unirse. Debes firmar un pacto de sangre simbólico.
Este documento escrito en pergamino tinta roja incluye una cláusula que advierte, si rompes tu juramento a, la fuerzas del caos actuarán en tu contra.
Aunque no hay pruebas de que algo sobrenatural ocurra, varios exmiembros han reportado experiencias extrañas como sueños recurrentes de serpientes o pérdidas inexplicables de objetos personales. En 2018, un exmiembro demandó al templo de Set, alegando que el pacto le causó trauma psicológico. El caso fue desestimado, pero dejó una pregunta en el aire ¿Es solo un ritual teatral o hay algo más oscuro detrás?
El templo satánico. En 2013, Lucien Gribs y Malcolm Jarry fundaron el templo satánico, pero no para adorar al diablo.
Su objetivo era usar a Satanás como un símbolo de rebelión contra la autoridad religiosa y las normas sociales opresivas. Lo que comenzó como una organización pequeña y provocativa pronto se convirtió en un fenómeno global gracias a su ingenioso uso de las leyes y su habilidad para generar controversia. Uno de sus movimientos más audaces ocurrió en 2018 cuando colocaron una estatua de Bafomet de 2 m frente al Capitolio de Arkansas, justo al lado de un monumento de los 10 mandamientos. La razón, una ley estatal, permitía monumentos religiosos en suelo público.
Si retiraban a Bafomet, también tendrían que quitar los mandamientos. El gobierno gastó $25,000 en seguridad para proteger la estatua mientras grupos religiosos protestaban con carteles de quemen al diablo. La imagen de Bafomet con su cabeza de cabra y su trono adornado con niños sonrientes, se volvió viral, convirtiéndose en un símbolo de la lucha por la separación entre la religión y el estado. Sus acciones sociales han hecho del templo satánico una de las organizaciones más influyentes en el activismo político. Sin embargo, le han surgido problemas al verse conectado con ramas del satanismo extremista, como la orden de los nueve ángulos. De hecho, en 2020, un informe del FBI reveló que varios miembros del templo satánico habían sido vistos en foros en línea frecuentados por la orden satánica, aprendiendo sobre sus técnicas de manipulación psicológica. Esta orden de los nueve ángulos nacida en el Reino Unido es una de las ramas más extremas y peligrosas del satanismo. A diferencia de otras organizaciones, ve a Satanás como una fuerza oscura real, no como un simple símbolo. Su filosofía. El camino siniestro empuja a los miembros a explorar los límites de la moralidad a través de rituales y pruebas peligrosas, como el ritual de la bestia, donde deben vivir como vagabundos y cometer crímenes para despertar su lado salvaje. Pero lo que realmente distingue a esta secta es su conexión con el mundo real. Su influencia se extiende más allá de los rituales. En 2019, un informe del FBI reveló que miembros de la orden habían infiltrado grupos neonazis en Europa y Estados Unidos utilizando símbolos satánicos como herramienta de reclutamiento. Uno de los casos más impactantes ocurrió en Alemania, donde un miembro de la secta fue arrestado por planear un ataque con ácido en una iglesia. Durante el juicio, el acusado declaró que el ataque era parte de un ritual para purificar la raza humana. Este tipo de incidentes ha llevado a gobiernos y organizaciones antiterroristas a clasificar a la organización como una amenaza real, no solo espiritual, sino también social. Lo que hace a esta secta única no es solo extremismo, sino su habilidad para operar en las sombras, conectando el satanismo con ideologías peligrosas y acciones violentas.
Ministerios de la Alegría de Satanás. En 2002, Maxim Dietrich fundó una organización que combina el satanismo con prácticas ocultas y creencias paganas. A diferencia de otras ramas del satanismo, Joy of Satan considera a Satanás como una deidad real, un protector espiritual que guía a sus seguidores hacia el conocimiento y la sabiduría superiores. De ahí el nombre de la secta, Satanás como guía espiritual. Los miembros de Joy of Satan practican rituales de meditación, viajes astrales y astrología para comunicarse con Satanás y otras entidades que llaman demonios. Estas entidades son vistas como guías espirituales que ayudan a los seguidores a alcanzar un mayor entendimiento de sí mismos y del universo. Aunque la organización ha enfrentado críticas por sus prácticas ocultas y su interpretación de Satanás, sigue siendo una comunidad activa en línea, donde comparten enseñanzas y rituales para aquellos interesados en el aspecto espiritual del satanismo. Pero, ¿Qué significa realmente adorar a Satanás como una deidad?
La orden luciferina ve a Lucifer no como un demonio, sino como un símbolo de iluminación y rebelión. Para sus seguidores, Lucifer es la luz que guía hacia el autoconocimiento y la sabiduría. Pero detrás de esta filosofía aparentemente inocente hay algo más inquietante. En 2020, un ex miembro demandó a la orden, alegando que sus rituales de meditación de la llama interior le causaron trauma psicológico. Según él, las sesiones de introspección profunda lo llevaron a experimentar alucinaciones y crisis de identidad.
Aunque el caso fue desestimado, dejó al descubierto prácticas controvertidas como el ritual del espejo roto, donde los miembros pasan horas mirándose al espejo mientras repiten cánticos para destruir su ego. La orden luciferina no usa sangre ni sacrificios, pero su enfoque en la autodeificación puede ser igual de peligroso. En 2018, un miembro en Francia fue hospitalizado tras intentar alcanzar la iluminación total mediante ayunos extremos y aislamiento prolongado. Aunque se presenta como una filosofía de crecimiento personal, la orden luciferina sigue siendo una rama del satanismo y su conexión con lo oculto no puede ignorarse.
La primera iglesia satánica. La hija de Antón, L. Carla La Vey, fundó la primera iglesia satánica en el 99 para continuar el legado de su padre. Aunque promueve un estilo de vida hedonista y la libertad personal, hay algo inquietante detrás de su fachada. En 2015, un exmiembro reveló que los rituales de la Iglesia, como el bautismo satánico, incluían sesiones de manipulación psicológica diseñadas para romper la voluntad de los nuevos miembros. Según él, los líderes usaban técnicas de persuasión para asegurar lealtad absoluta. Además, en 2020 la Iglesia lanzó un NFT de la Biblia satánica que se vendió por $66,000, atrayendo a inversores de criptomonedas y generando críticas por comercializar una filosofía que supuestamente defiende la rebelión contra el materialismo.
Aunque se presenta como una organización libertaria, la primera iglesia satánica sigue siendo parte de un mundo donde el poder y el control a menudo se esconden detrás de máscaras de libertad.
El templo de la luz negra, originario de Suecia, el templo de la luz negra es una de las ramas más extremas del satanismo.
Su filosofía, la caosofía, ve el caos como una fuerza metafísica real que debe ser abrazada para alcanzar la iluminación. En 2017, la policía sueca allanó su sede tras descubrir que usaban hongos alucinógenos en sus rituales. Uno de sus miembros fue hospitalizado después de un ritual del vacío, donde pasó 72 horas en completo aislamiento, sin comida ni agua, buscando disolver su ego. Creen que la realidad física es solo una ilusión que oculta las fuerzas oscuras del caos. La caosofía busca fusionarse con el caos con rituales intensos. y meditaciones profundas llamados cantos del caos. Un principio central del templo de la luz negra es el rechazo al orden del mundo físico y la búsqueda de la vida en el caos cósmico. Sus creencias se centran en la transformación personal y la separación de los valores comunes, cosas a las que consideran un obstáculo para comprender la verdadera esencia del universo. El templo de la luz negra es muy exclusivo y sus enseñanzas se difunden solo dentro de grupos cerrados.
La hermandad de Satanás. En 2018, un miembro de la hermandad de Satanás en Texas grabó un ritual donde aseguró haber recibido un mensaje de Satanás a través de una grabación de audio distorsionada. El audio, que se volvió viral contenía susurros ininteligibles, que según él eran instrucciones para alcanzar el poder. Esta red descentralizada de grupos satánicos ve a Satanás, Lucifer y Lilithes que pueden interactuar directamente con los humanos. Sus rituales, llamados invocaciones buscan fortalecer la conexión con estas fuerzas oscuras. Sin embargo, no todo es espiritual. En 2020, un grupo en Italia fue investigado por la policía tras descubrir que realizaban rituales en cementerios usando restos humanos como parte de sus ceremonias.
Aunque opera en pequeñas comunidades cerradas, la hermandad de Satanás es una de las ramas más inquietantes del satanismo, donde la línea entre la devoción y la obsesión a menudo se desdibuja.
La orden global de Satanás. En 2022, la orden global de Satanás envió una carta a la Organización de las Naciones Unidas, pidiendo que Satanás fuera reconocido como símbolo global de los derechos humanos. Adjuntaron 50,000 firmas y un video de miembros disfrazados de diablos bailando frente a embajadas. Inspirada en el templo satánico, esta organización utiliza a Satanás como un símbolo de libertad y rebelión, no como una entidad real. Su enfoque está en la separación entre la religión y el Estado, así como en la defensa de los derechos humanos. En 2021 lanzaron una campaña llamada Satanás por la igualdad, recaudando $500,000 para organizaciones que luchan contra la discriminación racial y de género. Sin embargo, su activismo no está libre de polémica. En 2022, un miembro en Canadá fue expulsado, tras usar los fondos de la organización para financiar un documental sobre rituales ocultos,
La Orden del Dragón Rojo. En 2016, un miembro de Dragon Rush en Noruega fue hospitalizado tras un ritual del dragón, donde intentó canalizar la energía del caos usando hierbas alucinógenas. Según él, el ritual lo llevó a un estado de iluminación extrema, pero los médicos lo diagnosticaron con una intoxicación drástica. Fundada en Suecia, esta orden combina el satanismo con el ocultismo, el paganismo nórdico y la magia del caos. Su filosofía se basa en la idea de que el caos y la oscuridad son fuerzas creativas que pueden transformar la realidad. Aunque es una organización pequeña, el Dragón Rojo ha atraído a aquellos interesados en explorar lo aspectos más oscuros de la existencia humana. Su enfoque en la magia práctica y la transformación personal la distingue de otras ramas del satanismo.
En 2015, un miembro de la iglesia de Azazel Texas secuestró a un político local y lo obligó a recitar un juramento a Azazel a punta de pistola. El secuestrador afirmó que Azazel ordenado actuar para purificar el mundo, aunque el político fue rescatado. El caso reveló que la Iglesia tenía manuales de tortura medieval en su sede. Esta organización se centra en la adoración de Azazel, un ángel caído que, según sus creencias otorga conocimiento prohibido y poder.
Sus rituales, como la noche del cuervo, implican grabar los gritos de cuervos y reproducirlos al revés para escuchar mensajes de Azazel. Aunque es una organización pequeña, su enfoque en la interacción con fuerzas oscuras la hace una de las ramas más peligrosas del satanismo.
La orden de la serpiente negra. En 2020, la orden de la serpiente negra saboteó un oleoducto en Canadá y pintaron La serpiente devorará a los contaminadores en las tuberías. Usaron un líquido hecho de hierbas y sangre animal para corroer el metal y funcionó.
Esta orden ve a la serpiente como un símbolo de sabiduría, transformación y rebelión. Su ritual más conocido implica enrollar una boa constrictora viva alrededor del cuerpo mientras se recitan cánticos. En 2021, un miembro fue hospitalizado tras ser estrangulado por la serpiente, pero lo llamaron un regalo de la diosa serpiente. Aunque es una organización pequeña, la orden de la serpiente negra ha ganado seguidores entre aquellos interesados en el satanismo ecológico y la magia basada en la naturaleza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario