V Parte ¿Dónde habita Dios? Tratado de los Sacramentos / Ronald Rivera. Ecumenismo y Sacramentos
Sacramentos
y Ecumenismo
Tomando como punto de partida los estudios del Rev. Gregory D. Gaston (de Manila, Filipinas) podemos decir:
El Catecismo de la Iglesia católica enseña que los discípulos de
Cristo están vinculados entre sí, en primer lugar, por la caridad. Pero la
unidad de quienes estamos aún sobre la tierra, la Iglesia peregrina, "está
asegurada por vínculos visibles de comunión: la profesión de una misma fe
recibida de los apóstoles; la celebración común del culto divino, sobre todo de
los sacramentos; la sucesión apostólica por el sacramento del orden" (n°
815). Si en la Iglesia católica los sacramentos son signos visibles de
comunión, ¿qué consecuencias tiene para la Iglesia católica que va camino hacia
la comunión con otras Iglesias cristianas? ¿Qué consideraciones se pueden hacer
sobre los sacramentos en el diálogo ecuménico?
El Consejo
Pontificio para la Unidad de los Cristianos, en su documento La dimensión ecuménica en la
formación de quienes trabajan en la pastoral, incluye,
entre los problemas actuales del ecumenismo, el estudio de los principios
católicos que rigen la participación común en lo espiritual y lo sacramental.
El mismo documento, en la sección referida a los "Fines y Métodos del
Ecumenismo", dice que "El concepto católico de unidad la considera un
don por medio del cual Dios hace a los cristianos partícipes de su misma
comunión. Sus elementos centrales son: la unidad en la fe, la unidad en la vida
sacramental y la unidad en el ministerio". Siendo, pues, los sacramentos
un signo visible de comunión en la Iglesia católica, no pueden ser descuidados
en el diálogo para la comunión con otras Iglesias cristianas. El bautismo
constituye un vínculo fundamental de comunión entre cristianos. Las heridas de
la unidad que han hecho surgir las distintas Iglesias no han modificado el
hecho de que "todos los que han sido justificados por la fe en el bautismo
se han incorporado a Cristo; por tanto, con todo derecho se honran con el
nombre de cristianos y son reconocidos con razón por los hijos de la Iglesia
católica como hermanos en el Señor" (Unitatis Redintegratio 3 § 1).
Asimismo, el Consejo
Pontificio para la Unidad de los Cristianos, en suDirectorio para la
aplicación de los principios y las normas sobre ecumenismo del 25 de marzo de 1993, discute
sobre "la comunión que existe con otros cristianos basada en el vínculo
sacramental del Bautismo y las normas para la participación conjunta en la
oración y en otras actividades espirituales, incluyendo algunos casos
especiales en que se comparten los sacramentos". La administración de los
sacramentos de la Eucaristía, la Penitencia y la Unción de los enfermos a
cristianos de otras Iglesias y Comunidades eclesiales ha de ser
"permitida, o, es más, recomendada", aunque "sólo a quienes
participan de su unidad en la fe, el culto y la vida eclesial", y sólo
"en ciertas circunstancias, de manera excepcional, y bajo ciertas
condiciones". Con estas referencias, "además de ser signos, los
sacramentos -en especial, la Eucaristía- son fuentes de unidad de la comunidad
cristiana y de vida espiritual, y son medios para edificarlas". El
ecumenismo es una misión que trasciende las fuerzas humanas. Por eso es
necesario imitar a Cristo en la oración por la unidad: "Que todos sean
uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros,
para que el mundo crea que tú me has enviado" (Jn 17,21).
Referencias
1. Vaticano
II, Unitatis Redintegratio.
2. Catecismo de la Iglesia católica 813-822.
3. Código de derecho canónico de las
Iglesias Orientales, can. 671, §§ 2-3.
4. Consejo
Pontificio para la Unidad de los Cristianos, Directorio
para la aplicación de los principios y las normas sobre ecumenismo.
5. Consejo
Pontificio para la Unidad de los Cristianos, Directivas
para la admisión a la Eucaristía entre la Iglesia Caldea y la Iglesia Asiria de
Oriente, Roma, 20 de julio de
2001.
Lic. Ronald Rivera
@ronaldriver
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