domingo, 6 de febrero de 2022

Sínodo de la Sinodalidad: ¿Deseas conocer más?... Te lo enseño



 Una renovación eclesial es una renovación sinodal:

La renovación que ansía el Pueblo de Dios es la de caminar juntos a la luz del Espíritu. La Sinodalidad, en palabras del Papa Francisco, es el modo de ser Iglesia, es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio. Siguiendo la senda de la renovación de la Iglesia propuesta por el Concilio Vaticano II, este camino común es, a la vez, un don y una tarea. En una reflexión conjunta sobre el camino recorrido hasta ahora, quienes formamos parte de la Iglesia podremos aprender de las experiencias y perspectivas de las demás personas, teniendo como guía al Espíritu Santo. Con la luz de la Palabra de Dios y unidos en la oración, podremos discernir los procesos para buscar la voluntad de Dios y seguir los caminos a los que Dios nos llama, hacia una comunión más profunda, una participación más plena y una mayor apertura para cumplir nuestra misión.


El primer paso de la Iglesia sinodal es colocarse en la presencia del Espíritu Santo con la oración, solicitando vivamente el don del discernimiento.


El segundo paso de la Iglesia sinodal es inferir como Comunidad la luz del Espíritu en medio de la oscuridad, para que como un faro, se dirija en un caminar juntos.


El tercer paso de la Iglesia sinodal es la "Escucha" del Espíritu desde la Palabra de Dios, en una lectura personal, y en una reflexión orante compartida.


El cuarto paso de la Iglesia sinodal es la "Escucha" del Espíritu desde quien habla. Es decir, en el discernimiento grupal, donde se comparte el eco de las preguntas fundamentales en un deseo de cambio. Este deseo de cambio debe traducirse al mensaje que anuncia el Evangelio y en la que todas las personas pueden hacerla suyas, en un caminar juntos:

¿Cómo se realiza hoy este "caminar juntos" en la Iglesia Diocesana?,

¿Qué rasgos definen la alegría de mi experiencia eclesial?,

¿Qué rasgos definen las dificultades y obstáculos de mi experiencia eclesial?


El quinto paso es celebrar como Comunidad. Debe sentirse la alegría como modo de vida dentro del Pueblo de Dios. Por ejemplo, recatemos el valor del canto.


Ven para caminar juntos

El Sínodo es una invitación para que todas las diócesis emprendan un camino de profunda renovación inspirada por la acción del Espíritu Santo. Se trata de un proceso de escucha, diálogo y discernimiento abierto a todos.


El objetivo es dar respuesta a una pregunta principal: ¿Cómo se realiza hoy en la Iglesia el "caminar juntos", la Sinodalidad?, ¿Qué pasos nos convida a dar el Espíritu para crecer en nuestro caminar juntos?.


Para responder a esta cuestión se busca la participación y la escucha profunda de todo o Pueblo de Dios. Como cada Diócesis tiene sus peculiaridades, deberá encontrar caminos propios y creativos para buscar, promover y recoger los frutos del proceso.


El proceso del Sínodo tiene tres fases. La primera se desarrolla en las Iglesias diocesanas y las comunidades eclesiales. La segunda tiene un alcance continental. Finalmente tendrá lugar el Sínodo de la Iglesia universal.


La fase diocesana

Comenzó en Roma los días 9 y 10 de octubre de 2021. Una semana después, todas las Iglesias diocesanas comenzaron su propio recorrido sinodal hasta abril de 2022. Parroquias, comunidades religiosas, movimientos, grupos de fieles dispuestos al estudio.


La fase continental

Dará comienzo en septiembre de 2022 y se prolongará hasta marzo de 2023. las impresiones y conclusiones recogidas en todas las Diócesis serán ofrecidas en un documento de trabajo, en el ámbito de sus zonas geográficas. Su reflexión y sus impresiones, se recogerán en un nuevo instrumento de trabajo que se ofrecerá al Sínodo de los obispos.


La fase final 

En octubre de 2023 tendrá lugar en roma a XVI Asamblea General del Sínodo de los obispos. Será la fase final de este Sínodo que involucra a todo el Pueblo de Dios. A partir de allí, las conclusiones son devueltas a las Iglesias particulares para incorporarlas al modo de ser de Iglesia y continuar este caminar juntos.


Estás convidado a participar

Es muy importante asegurar la participación del mayor número posible de personas, para escuchar la voz viva de todo el Pueblo de Dios.


Es imprescindible hacer un gran esfuerzo para llegar activamente a las personas donde ellas se encuentran, especialmente aquellas que a menudo son excluidas o que no participan en la vida de la Iglesia.


Hay que conseguir la participación de los pobres, marginados, vulnerables y excluidos para escuchar sus voces y experiencias.


El proceso sinodal debe ser sincero, accesible y acogedor para todos.


Palabras con sentido


Sínodo: El camino que recorremos juntos los bautizados conscientes de estar llamados a seguir a Jesucristo y ser testigos del Evangelio.


Sinodalidad: Caminamos juntos convocados por el Señor e impulsados por el Espíritu Santo.


Discernimiento: La Sinodalidad vivida incluye el discernimiento evangélico, personal y comunitario para buscar y hallar la voluntad de Dios en todas las dimensiones de nuestra vida-misión.


Comunión: juntos vivimos arraigados en el amor y en la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Inspirados por la Palabra y fortalecidos por la Eucaristía, todos tenemos un papel en el momento de discernir y vivir la llamada de Dios a su pueblo.


Participación: Por la común dignidad bautismal somos corresponsables de la misión de la Iglesia. Es una llamada y una actitud para escuchar juntos al Espíritu Santo.


Misión: La Iglesia existe para evangelizar. Nuestra misión es dar testimonio del amor de Dios en medio de toda la familia humana, especialmente en las periferias existenciales y sociales.


Metodología para reflexionar la Sinodalidad


Sesiones:

1. Sesión inicial.

2. Comunión.

3. Participación.

4. Misión.

5. Sesión final.


Método:

1. Acogemos.

2. Invocamos al Espíritu.

3. Sensibilizamos, recordando el sentido y la finalidad.

4. Leemos y meditamos la Palabra.

5. Nos acercamos a la sesión de trabajo desde la experiencia de fe vivida, escuchando al Espíritu desde quien habla y dialogamos.

6. Discernimos los caminos que se nos abren en la Iglesia local.

7. Anotamos y recapitulamos lo tratado.

8. Oramos agradeciendo.


@RonaldMRivera

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