sábado, 8 de junio de 2013

A una Teo Simbología: Conocimiento Simbólico - Parte Final

 

Cuando nos referimos a una Teo Simbología nos referimos a un proceso teológico que resalta el desarrollo "autoimplicativo" del creyente frente a la presencia de Dios, ante el "Misterio" divino. Un proceso autoimplicativo que no es otra cosa que la comunicación a través de la admiración del creyente y la presencia de Dios mismo, que es hermosa, evocadora, y que supera nuestro ser. Para ello es necesario familiarizarnos con el término "símbolo" como aquello que se muestra y nos hace pensar, y diferenciarlo del signo que sólo indica una realidad y ya.

Diferencias entre Símbolo y Signo

En el vínculo

1. El símbolo y su destino son distintos pero inseparables: el segundo necesita del primero.
1. El signo y su significado son independientes  y el segundo se conoce antes.

En las zonas

2. Hay ámbitos humanos que sólo con símbolos son perceptibles (el tú, el yo, la belleza...)
2. Cada ámbito ya conocido por el hombre admite signos (tráfico, lenguaje...)

En la claridad

3. Cada símbolo tiene un destino variable según las personas y los momentos de cada una.
3. Cada signo debe tener un sólo significado claro y unívoco (vino de beber, o de venir)

En el origen

4. Los símbolos no se crean a voluntad, nacen, tal vez en el inconsciente colectivo...
4. Los signos son fruto de una convensión o de una costumbre o ley natural (el humo)

En la duración

5. Los símbolos se debilitan y mueren como tales, si callan o cambian su destino.
5. Un signo siempre se recupera enseñando su significado.

En la actitud

6. Por su función simbólica la mente es recptiva, acogedora, admirativa.
6. La capacidad de significar una cosa con otra (poner en señas, en-señar) es activa.

En la acción

7. Los símbolos tienen un vigor epifánico, expresivo.
7. Los signos muestran la creatividad del hombre.

En la cantidad

8. No conocemos ninguna realidad incapaz de simbolizar alguna vez.
8. Los signos se multiplican constantemente; naturales, usuales o arbitrarios...

En la transmisión

9. La pedagogía del Símbolo es iniciática, pide cuidado, ya que auto-implica al sujeto.
9. Los signos se en-señan, se traduce lo que antes se cifró así (pdf significa...)

En el uso

10. Por la fuerza cognitiva de los símbolos se busca manejarlos (en publicidad, política, etc...)
10. Los signos implican la comunicación y a veces se abusa de ellos (siglas, etc...)

En el lenguaje

11. La dimensión del símbolo originaria del lenguaje es aún muy importante (mito, poesía...)
11. Que las palabras son signos no se puede negar, pero no sólo ni siempre.

En la vitalidad

12. Las enefermedades de los símbolos y su muerte pueden tener estas causas:

a. Por suplantar su destino con su propia materia simbólica, lo que conduce a la magia, al fetichismo, idolatría, etc... (Un icono no es divino, aunque se inciense).

b. Por transformación del insconsciente colectivo o base existencial y social en que nacieron: la luz del fuego apenas dice nada en la era eléctrica.
 
c. Por suplantación del destino originario de un símbolo (el poder de Dios) por otro (la exaltación de la virginidad como puereza sexual).

d. Por asignarlos un significado concreto y reducirlos a signos. Una de las peores enfermedades litúrgicas y religiosas, en general (también de las artísticas, etc...)

12. La ignorancia de su significado enmudece a los signos, que son recuperables.

Los símbolos narrativos que se conocen como mitos 

(Relatos remotos que presencializan las acciones divinas o sobre-humanas que ordenaron el cosmos) y sus modalidades menores: las historias ejemplares (epopeyas, tragedias y comedias del teatro o del cine), las historietas, los cuentos... Los apólogos, las parábolas, las fábulas, los chistes... son formas literarias autoimplicativas; con un "esquema-narrativo-abierto, que cualquiera puede rellenar de acuerdo con los contextos para reconocer que de te fabula narratur" (U. Eco).

Sus enfermedades y muerte se producen por hermenéuticas erróneas:

1. Racionalismo, al atribuirles una veracidad literal.
2. Alegoricismo, como si fueran un ropaje de una verdad ya conocida aparte (como sucede con los signos).
3. Apropiación epocal de su destino. No sería grave que nuevas épocas logren expresar relaciones nuevas con lo indicado por los viejos mitos, pero algo siempre se pierde...
4. La "hermenéutica" fenomenológica los salvaguarda al anotar su función simbólica.



Ronald Rivera

Teólogo

Universidad Pontificia de Salamanca

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