jueves, 23 de septiembre de 2010

Reunión de Profesores


La parte académica es unos de los pilares centrales para la formación sacerdotal y por lo tanto algo esencial para un buen seminarista. Esto traduce a que la formación integral, la lectura, el estudio son elementos sustanciales para un cristiano. La educación es la herramienta más eficaz para la liberación, no sólo de la ignorancia sino de la dependencia física y material. Esta observación viene al caso debido a que hoy en el salón "Padre Rivolta" se realizó la reunión de los profesores (tanto de teología como de filosofía) del Seminario de Valencia. Allí fueron congregándose una buena cantidad de sacerdotes, diáconos y laicos que llevan en sus manos el moldear los futuros pastores de la Iglesia. Sin duda una importante labor.


La reunión surgió con prontitud y profundidad, llevándome a pensar en el gran privilegio que Dios me ha dado en poder laborar allí como docente. Es sin duda algo gratificante cuando uno puede aportar un granito de sabiduría a una persona. Un acto de caridad muy valioso, pues el dinero se gasta en cambio el conocimiento queda y puede perdurar en obras hasta después de la muerte.


Otro aspecto que da mucha alegría es la presencia nutrida de laicos preparados como docentes en la formación sacerdotal. Allí es donde yo me ubico, y me da pies para invitar y esperar en una formación teológica válida y firme presente en todos los laicos. El llamado a la formación del laico es una vocación de no sólo leer teología sino de aplicarla. Aplicarla en todo lugar, en el transporte público, en la empresa, en la oficina, en los centros comerciales, en el aula, en el hogar. Pudiéramos preguntarnos ¿Cómo? y la respuesta es sencilla: Actuando con Amor a los demás. Siendo educados en nuestro actuar y caritativos en el servicio de manera pronta, suficiente y efectiva. La verdadera teología no sólo reside en los libros, sino en toda su plenitud y de manera privilegiada en la COMUNIDAD.


Luego de la reunión vino el almuerzo y luego un pequeño descanso. Sin dudas la labor más gratificante está en el dar, por lo que nuestra mayor tristeza está en el retener retener retener cosas, rencores, conocimientos, bienes, entonces para cuando estos desaparezcan quedamos sin nada. Contrariamente el que siempre da, cuando todo lo demás desaparece queda el agradecimiento de muchas personas, su auxilio para con nosotros, su ayuda y oración, más la vida eterna.


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