miércoles, 22 de septiembre de 2010

Una grata visita del Padre Fortea


El día de ayer tuve la oportunidad de conocer personalmente al Padre Fortea, un sacerdote español quién estudia actualmente en Roma.


Las espectativas de conocerle surgen ante la admiración de muchos feligreses, por la atención que logró captar su blog en mi esposa, y por el tema que trata en sus conferencias: La demonología. Es así como ayer, luego de algunas conversaciones por correo electrónico, me tocó darle la bienvenida en el Seminario de Valencia. Allí luego de hacer oración en la Capilla conversó con los seminaristas.


Algo que me impresiona es su absoluta "normalidad". Luego de tantos rumores, observo que es un hombre, un digno sacerdote, sin extravagancias y con mucha humildad. Su personalidad es algo tímida pero a la vez interesante, ya que precisamente se detiene en los aspectos más simples de la vida, y estos muchas veces los más importantes.


El momento de su visita a Valencia que recuerdo con más gratitud fué el paseo que dimos en los jardines del Seminario, después del almuerzo. Allí jugó con la guacamaya, se admiró de una mata de tapara, recorrimos los espacios del Seminario para luego dejarle frente a un computador con internet. Fué allí donde note una espiritualidad centrada en la "oración" y admiración por las cosas sensillas y hermosas. Es contagiante su amor a la Eucaristía y su aprecio a la Sagrada Escritura.


Terminamos la jornada en un evento dado en la Universidad de Carabobo, donde con paciencia atendió a llanas preguntas por los asistentes, algunos de Trujillo, Coro, y Caracas.


Así terminó la visita del Padre Fortea, quién se fué agradecido luego de comer un chocolate que expresamente le mandó mi esposa.




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