domingo, 14 de enero de 2024

¿Conoces la historia de la Virgen de la Pastora en Venezuela? te la cuento...



Cada 14 de enero, un día antes de mi cumpleaños, me uno a ese sentir de todos los venezolanos en recordar la advocación de la Divina Pastora. Una advocación que ha tenido un significado importante en mi vida de fe, debido a que el Seminario donde empecé mis estudios teológicos, se fundó en la Parroquia valenciana de la Divina Pastora, posteriormente trabajé mi apostolado como seminarista a cargo del seminario menor, que en ese tiempo funcionaba en la Parroquia de la Divina Pastora, y finalmente ejercí mi ministerio de acólito en la Parroquia de la Divina Pastora. Además tengo una especial devoción a la imagen de la Divina Pastora que se encuentra en la Iglesia de San Francisco de la Arquidiócesis de Valencia (Venezuela); devoción promovida por los padres capuchinos.

En la Parroquia de la Divina Pastora fue el lugar donde mi hijo recibió el bautizo un 28 de enero de 2010.

La historia y leyenda de la devoción de la Divina Pastora en Venezuela conviven en un hermoso relato cuyo origen se sitúa hacia el año 1740, cuando el vicario de la Inmaculada Concepción de Barquisimeto quiso para su iglesia una imagen de la Divina Pastora. Coincidió el entusiasmo del párroco con el del cura del pueblo de Santa Rosa del Cerrito, en ese momento Sebastián Bernal, quién encargó al mismo escultor una pieza pero de la Inmaculada.

Equivocación o milagro, lo cierto es que al abrir el cajón con la imagen encargada, consiguió el padre Bernal a la Divina Pastora y no a la Inmaculada solicitada. Al darse cuenta del error, mandó a cerrar la caja y enviarla a Barquisimeto.

Entonces ocurrió un hecho inusitado: ni la fuerza de mil hombres pudo mover el cajón. La noticia corrió de boca en boca y de otra cosa no se podía hablar.

El hermano nectario María cuenta que el padre Bernal comunicó el hecho al Vicario quien afirmó estar convencido de la voluntad de la Virgen de permanecer en la Iglesia de Santa Rosa.

No imaginaría quizás el padre José Macario Yépez que aquel 14 de enero de 1856, cuando imploró a la imagen de la Divina Pastora que acabara con la epidemia del cólera, sus palabras quedarían grabadas en la historia, en la memoria colectiva, en la tradición oral y en la fe de muchas generaciones de barquisimetanos.

Posteriormente, durante los sucesos del terremoto de 1812, el templo donde se veneraba la Divina Pastora fue destruido, pero su imagen quedó milagrosamente intacta, hecho que reforzó la creencia de los fieles de Santa Rosa de que la Virgen quería quedarse siempre entre ellos para protegerlos.

Desde el histórico año de 1856, la Divina Pastora recorre el camino que une a Santa Rosa y Barquisimeto, repitiendo una hermosa tradición.

El 14 de enero de 1906, en ocasión del cincuentenario de la visita, la Virgen recibió un hermoso regalo: su Himno. Con música de Simón Wohsiedler y letra del poeta Andrés Delgado nació un homenaje poético y musical que no falta en la cita de su viaje ni de su retorno.

El centenario de la procesión fue el año escogido para realizar la Coronación Canónica de la Virgen, en ese momento era el obispo de la Diócesis monseñor Críspulo Benítez Fontúrvel.

El 14 enero de 1956 el Papa Pío XII autoriza la Coronación Canónica de la Divina Pastora, para conmemorar el primer centenario de su visita anual a Barquisimeto.

Es por esto que en recuerdo de ese hecho, todos los 14 de enero se traslada, en una procesión multitudinaria y fervorosa, la Divina Pastora a la Catedral de Barquisimeto desde su iglesia de Santa Rosa. Esta procesión es considerada la segunda más importante de latinoamérica, solo superada por la de la virgen de la Guadalupe en México.

La imagen tiene un GPS y con la aplicación android “PastorAPP” permite conocer de la ubicación en tiempo real.

El recorrido de la procesión de cada 14 de enero es el mismo: Sale del pueblo de Santa Rosa, pasa por la Avenida Lara hasta la plaza Macario Yépez, continúa por la Avenida Morán y culmina en la Avenida Venezuela, frente a la Catedral.

Cada 14 de enero a la Divina Pastora la alistan con las joyas. El vestido es diseñado exclusivamente para ese día. Algunos modistas reconocidos del país, se encargan de esta tarea.

El sombrero es el mismo desde 1919, cuando lo trajeron de Perú. Está hecho de plata.

Encima del sombrero le colocan una diadema hecha en Brasil con piedras preciosas, oro de 24 quilates y una cruz de perlas. La recibió el día de la coronación canónica. En cambio, el báculo sí lo cambian con regularidad.

Distinto a los días que reposa en el santuario el 14 de enero lleva colgando un rosario de oro elaborado en 2006. Está compuesto por 150 rosas de oro. Se le agregó un topacio que el papa Benedicto XVI donó cuando fue llevado a Roma para que lo bendijera.

Desde 2015, el Niño Jesús tiene una corona nueva. La diseñó Daniel Brito y fue elaborada en Roma. Se caracteriza por ser de ocho puntas. Está inspirada en el año de la misericordia. Por eso, está decorada con rubíes y zafiros.

El pintor Juan Lovera, famoso por sus retratos de próceres y hechos de la independencia nacional, realizó en 1820 un cuadro de la Divina Pastora. El idílico paisaje de fondo es considerado como el primero del arte venezolano por el crítico Luis Pérez Oramas.

La obra se exhibe hoy en la Galería de Arte Nacional de Caracas.

El 13 de enero de 2016, tras quince meses de trabajos,  se inauguró en la Colina de los Vientos de Barquisimeto el Monumento Manto de la Divina Pastora, también conocido como “Manto de María”.

El “Manto de María” es considerado el más grande del mundo dedicado a la Madre de Cristo. La escultura de estilo cinético está hecha de 13 mil 318 metros de tubos de aluminio y tiene una altura de 47,14 metros. El complejo total alcanza el tamaño de un edificio de 22 pisos.

La primera capilla dedicada a la Divina Pastora en Venezuela se consagró en 1745 en el sitio donde se encuentra la actual iglesia de la parroquia La Pastora de Caracas.



 

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