Si se quiere entender cómo se “condiciona” el pensamiento humano desde un punto de vista científico, hay que partir de Iván Pávlov y sus experimentos sobre condicionamiento clásico (el perro que saliva al escuchar la campana). Lo que después se aplicó en la manipulación de masas durante el siglo XX no es otra cosa que la extrapolación de esos principios fisiológicos a la psicología social y la propaganda.
Aquí te enumero el proceso en pasos claros y secuenciales:
Estímulo neutro (SN)
– Se introduce un estímulo que por sí mismo no provoca una reacción relevante (la campana de Pávlov, un logotipo político, una bandera).
Estímulo incondicionado (EI)
– Se asocia ese estímulo neutro a otro que sí provoca una respuesta automática (la comida en el perro, el miedo en tiempos de guerra, la sensación de seguridad frente a un líder).
Respuesta incondicionada (RI)
– El organismo reacciona de manera natural al estímulo incondicionado (el perro salivando, el ciudadano sintiendo miedo ante un bombardeo, la población buscando protección).
Asociación repetida
– A través de la repetición sistemática, el estímulo neutro se conecta con el incondicionado. La campana suena siempre que aparece la comida; la bandera siempre aparece en discursos donde se prometen soluciones; la figura del líder siempre está asociada a la idea de orden.
Condicionamiento
– El estímulo neutro se transforma en estímulo condicionado (EC). Ahora, la campana sola provoca salivación; la bandera sola genera obediencia; el eslogan provoca adhesión emocional.
Respuesta condicionada (RC)
– La reacción ya no depende de la causa original, sino del símbolo asociado. Se activa la emoción o el comportamiento deseado con solo presentar el estímulo condicionado.
Refuerzo y consolidación
– La respuesta se mantiene mediante refuerzos: recompensas, castigos, aprobación social, campañas mediáticas.
Generalización
– El condicionamiento se extiende a otros estímulos similares: no solo la campana, sino cualquier sonido parecido; no solo una bandera, sino cualquier símbolo patrio; no solo un discurso, sino cualquier figura que represente autoridad.
Mantenimiento mediante repetición masiva
– Durante el siglo XX, los Estados y los medios de comunicación replicaron este esquema: propaganda política, publicidad comercial, campañas de miedo (enemigo exterior, crisis económica, epidemias). El bombardeo constante asegura que la respuesta condicionada no se extinga.
Internalización
– Finalmente, la población integra la respuesta como “normal”, sin cuestionar el origen de su reacción. Así, el estímulo manipulado deja de percibirse como artificial y se convierte en parte del tejido cultural y emocional de la sociedad.
En suma: lo que Pávlov demostró con perros fue convertido en arma cultural y política a gran escala. El ciudadano del siglo XX fue condicionado con símbolos, repetición, recompensas y miedos, hasta el punto de que buena parte de sus reacciones colectivas estaban ya “programadas” sin necesidad de reflexión consciente.
1. Condicionamiento de masas en el siglo XX: ejemplos históricos
Estímulo neutro (SN):
– Ejemplo nazi: la esvástica, inicialmente un símbolo ario de tradición ancestral, sin carga directa sobre el pueblo alemán.
Estímulo incondicionado (EI):
– Asociado a emociones básicas: orgullo, miedo, hambre.
– Ejemplo soviético: la hoz y el martillo asociados a pan, trabajo y victoria proletaria.
Respuesta incondicionada (RI):
– Reacción natural de esperanza, seguridad o temor.
– Ejemplo estadounidense (Guerra Fría): el miedo nuclear moviliza adhesión a políticas agresivas.
Asociación repetida:
– Himnos, discursos, carteles, radio y cine refuerzan la ligazón.
– Ejemplo nazi: los desfiles de Núremberg, donde bandera = poder y unidad.
Condicionamiento:
– El símbolo o palabra adquiere valor absoluto.
– Ejemplo soviético: “Comrade” deja de ser solo “camarada” y pasa a significar pertenencia ideológica y seguridad colectiva.
Respuesta condicionada (RC):
– Con la sola presencia del símbolo se desencadena adhesión, miedo o disciplina.
– Ejemplo publicidad EEUU posguerra: Coca-Cola asociada a juventud y libertad americana.
Refuerzo y consolidación:
– Castigos a disidentes, premios a fieles.
– Ejemplo nazi: censura y represión como refuerzo negativo; ascenso social y reconocimiento para los seguidores como refuerzo positivo.
Generalización:
– Cualquier signo similar activa la reacción.
– Ejemplo Guerra Fría: “rojo” se convierte en sinónimo de “enemigo” en EEUU.
Repetición masiva:
– Radio, cine, TV, publicidad.
– Ejemplo: Plan Marshall, donde la propaganda vendía a EE.UU. como salvador de Europa frente al “fantasma comunista”.
Internalización:
– El ciudadano ya no cuestiona: se siente natural.
– Ejemplo: “American way of life” interiorizado como meta universal, incluso fuera de EEUU.
2. Guerra psicológica en la doctrina de Michael Aquino
Aquino, en su famoso texto “From PSYOP to MindWar” (1980, coescrito con Paul Vallely), rompe con la propaganda tradicional. No se trata solo de convencer, sino de alterar la percepción de la realidad. Sus pasos se pueden resumir así:
Identificación del blanco mental
– No solo masas extranjeras, también la propia población. Se busca influir en el inconsciente colectivo.
Uso de símbolos y arquetipos
– Aquino plantea que símbolos religiosos, míticos o esotéricos poseen poder psicológico superior al discurso racional.
Creación de una “realidad narrativa”
– La información no solo persuade: debe saturar la mente hasta desplazar interpretaciones alternativas.
Emoción sobre razón
– En MindWar, la emoción es la llave. Se manipula miedo, esperanza o culpa para reestructurar la visión del mundo del blanco.
Tecnología y medios como vehículo
– Desde TV y radio, hasta la hipótesis de usar frecuencias electromagnéticas y sonoras para inducir estados psicológicos colectivos.
Sustitución de propaganda externa por control interno
– A diferencia de la propaganda clásica (que “vende” un mensaje), MindWar busca que el sujeto sienta el mensaje como si fuera suyo, internalizándolo.
Extinción de la disidencia
– Al lograr que la visión implantada se viva como “realidad objetiva”, las ideas alternativas quedan marginalizadas, ridiculizadas o auto-censuradas.
El paso de Pávlov a Aquino es brutal: del perro condicionado a salivar ante una campana, a la sociedad condicionada para aceptar guerras, ideologías o estilos de vida sin necesidad de imposición explícita. Aquino entendió que el verdadero campo de batalla no eran las trincheras ni las calles, sino la mente.
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