viernes, 5 de abril de 2024

¿Puedo comulgar a pesar de mi divorcio?

Ante esta pregunta que me han realizado respondo:

A los ojos de la ley civil estás, como dices, divorciado. Por otro lado, para la Iglesia, al ser el sacramento del matrimonio indisoluble sigues "casado sacramentalmente" (si te has casado por la Iglesia católica).

Al permanecer sin mantener relaciones sexuales después de su separación, sí puede recibir la comunión. La continencia sexual es la condición exigida por la Iglesia para seguir recibiendo el pan y el vino eucarísticos a pesar de la separación (o divorcio). El paso a seguir es pedir el reconocimiento de la nulidad de tu matrimonio, a través del tribunal eclesiástico de tu diócesis, puedes también plantear tu situación a la cancillería eclesiástica de tu diócesis. Tu caso será examinado de este modo y, tras la sentencia, tu matrimonio al ser reconocido como "nulo", podrás volver a casarte por la Iglesia.

Hay que resaltar que el actual pontificado ha profundizado en el don de la misericordia sobre el juicio. El papa Francisco insiste «no condenar» sino «acompañar» a las personas que han fracasado en su matrimonio.

El pasado 13 de julio de 2023, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe recibía una solicitud del cardenal Dominik Duka, arzobispo emérito de Praga, en nombre de la Conferencia Episcopal Checa, en la que el purpurado plantea una serie de preguntas sobre la administración de la Eucaristía a los divorciados que viven en una nueva unión. El Dicasterio vaticano ha respondido de forma pública en su web. Una respuesta basada en Amoris Laetitia y que se puede resumir en que son los sacerdotes quienes están llamados a proponer un proceso de discernimiento que muestre “el rostro materno de la Iglesia”.

En el caso del Pontificado de Francisco, “se mantiene la propuesta de la continencia total para los divorciados vueltos a casar en una nueva unión, pero admite que puede haber dificultades para practicarla y por eso permite en ciertos casos, después de un adecuado discernimiento, la administración del sacramento de la reconciliación incluso cuando sea no lograr ser fiel a la continencia propuesta por la Iglesia”.

De esta manera, Doctrina de la Fe subraya que “Amoris Latitia abre la posibilidad de acceder a los sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía cuando, en un caso particular, existen limitaciones que atenúan la responsabilidad y la culpabilidad”. Pero que, sin embargo, “este proceso de acompañamiento no termina necesariamente con los sacramentos, sino que puede orientarse hacia otras formas de integración en la vida de la Iglesia: una mayor presencia en la comunidad, participación en grupos de oración o reflexión o implicación en diversos servicios eclesiales”.

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