DOS COPAS
La tarde ha transcurrido calurosamente, y el clima se ha mantenido animado y en alegría. Ahora con más razón en mí, por la bondad de Mahoma en disponer a una de sus devotas ha salvar el amor.
El
atardecer de rayas naranjas anuncia el agonizar del día. La brisa fría a su
llegada trae la proximidad de la noche y con ella el “acto consumado”. Para
hacer la espera más llevadera he aceptado la invitación del capitán a tomar el
café en el estar del barco.
Después de una hora de haber
compartido el café y temas, como por
ejemplo: Lo hipócrita que a veces se presenta la vida o el cómo mantener en
pies una cama con seis esposas, he decidido despedirme del respetado capitán
agradeciendo afectuosamente su invitación y aludiendo cansancio. El muy
cortésmente ha aceptado no antes sin hacerme prometer una nueva conversación.
Ya fuera del estar del barco me
dirijo al lugar establecido para la cita.
Mi reloj marca las 7:45PM. Tomo un
cigarrillo, lo enciendo y llevo a mi boca... La noche se presenta más oscura de
lo acostumbrado, ausente de estrellas, nublada con luna tenue. Mi alma percibe
su perfume. Boto el cigarrillo. Olor de sol, olor de playa, olor de puertos,
olor a mujer. Mi paladar reacciona y saborea en mi boca memorias ansiosas. Mis
ojos la ven presente, fiel según el pacto, no conmigo sino con el amor.
Trae el cabello suelto, descalza y
descubiertos sus hombros. Cabelleras de ámbar, largas y suaves, ahora se pasean
por mis manos.
-Preciosa, mi corazón me indica el amarte... Romper
las cadenas que privan tu libertad.-
-A mí también me indica el amarte, para hacerte
creer en él y demostrar que si es posible el enamorarse.-
-Entonces dejemos a nuestros corazones actuar,
aprovechemos la oportunidad que el amor hoy nos ofrece.-
Sin tener ya voz ni palabras para expresar lo que siento, la llevo a un
sitio seguro de los ojos de los tripulantes, no por casualidad el sitio más
oscuro del barco. A pesar de sus tímidas risas en ningún momento muestra miedo
y su cuerpo y entrega expresan seguridad y dominio.
Sobre nosotros ese cielo divino y
cruel de los viajes. Sus manos sin anillos, sutiles y desnudas corren a las
mías que esperan, temblorosas. Sus senos bien definidos se dibujan en la seda
blanca de su bata. Piernas y labios se unen en un mismo destino.
Vuelve el amor como los ríos por sus
antiguos cauces.
Vuelve el despertar de las lluvias
de sus dormidos sueños estaciónales. Mis besos pueblan un nuevo vientre y el
amor florece en los corazones de los dos.
Tiene color la vida.
Tiene
sabor la noche. Cuando los sueños no se desean sino que se hacen realidad.
Vuelve el amor ante las azules horas
de la noche y vuelven a oírse de nuevo en nuestros lechos risas libres.
Gloriosa gota de rocío hecha
mariposa has venido desde los jardines del Profeta a colorear mi soledad y mis
sueños de esperanzas.
Tomándola de la mano la llevé a mi
mundo de fantasía cabalgando con la brisa y las estrellas hacia la savia del
amor y la fragancia hasta satisfacer los sueños.
Que alegría y que contento viven
nuestros ojos al mirarnos en este casual encuentro donde la luz vuelve y
enciende la lámpara que tanto tiempo vivió apagada entre nosotros.
Hoy me siento despierto ante ti
después de tantos sueños y siento que mi espíritu quiere salir de mi pecho para
besarte y celebrar contigo este encuentro. Quiero gritarle a Mahoma lo bello de
mujer que me ha brindado al momento de ser en ella el bosque de sus verdes ojos
y el brillo de sus pupilas.
Quiero besarte y morderte sin
herirte, librar el néctar de tus raíces hasta saciar mi sed. Solo deseo
continuar escuchando la alegría de tu risa y la libertad en tus palabras.
Mientras admiro su cuerpo desnudo
saco una botella de vino y dos copas que había mantenido a escondidas.
-Un poco de vino, como te había prometido, aunque no
hay mejor licor que tus besos, ni mejor copa que tus pechos.-
-Que bien... Y ¿Dónde conseguistes el vino y las
copas?.-
-Las tomé del estar del barco, cuando tomaba el
café.-
-Estás completamente loco.-
-No más que tú... Sabes, deseo confesarte algo:
-Quisiera mantenerme siempre así, junto a ti...
Aunque sé que es difícil de creer, nunca había sentido algo así por una
persona. Es como si siempre nos hubiésemos conocido, como si desde siempre nos
hubiéramos amado... Que dices al respecto, mi hermosa venus.-
-Mi amor por ti nunca lo había experimentado con
ningún otro hombre... Tienes algo especial que me hipnotiza y provoca estar
siempre contigo. Es algo que no sé explicar... Deseo escuchar de ti que me amas
y aún más creerte.¿ Puedo creer en ti?.-
-Deseo que lo hagas y
te doy mi palabra que lucharé por lo que en este momento siento... No deseo ser
ya egoísta. Deseo dar entrada al amor en mi corazón. Lo que siento por ti está
por encima de lo que antes he sentido por otra mujer. Veo que he sido un idiota
en cuanto siempre he pensado en mí y no en lo hermoso que hay en los otros...
Gracias por devolverme la vida y el amor, gracias por estar.-
-Gracias a ti por demostrarme que el amor
también existe para mí. Has roto las cadenas que tenía para amar, en la
obligación de entregarme a un hombre que no amo ni escogí. Te amo y creo en
ti-.
-Me
he enamorado de ti, nunca había experimentado esto...
-Yo también me he enamorado de ti... Ahora
sin querer debo irme, pues se hace tarde y no quiero despertar sospecha en mi
esposo.-
-Tampoco
esa sería mi intención... Deseo que sepas que te amo mucho... Y que el amor nos
guarda una dulce mañana, un eterno futuro, yo entre tus piernas y tú entre las
mías. Ahora vístete y corre, que se te hace tarde... Prefiero que estemos vivos los dos para repetir tal acto.-
-Si mi esposo no se da cuenta créeme que
así será.-
Cubriendo su desnudez se aleja de mi
presencia... Nunca había amado de aquella forma. Me sirvo un poco más de vino y
brindo con la noche quien ha sido testigo del plácido acto. Al terminar lanzo
las copas y la botella al mar para que también él se embriague y doy una última
mirada al lugar del fiel barco, que me sirvió de tálamo, donde floreció el
amor.
Ya vestido, extasiado y complacido
dirijo mis pasos a mi camarote al momento que mi reloj marca las 10:00PM y mi paladar sigue degustando el sabor de su
cuerpo.
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