NOCHE
NUPCIAL
VIII
He pasado dos
días maravillosos en la casa parroquial de mi hermano junto a mi amada Asha,
aunque en dos cuartos distintos pero uno al lado del otro. Es agradable estar
con las dos personas que más amo en el mundo y lo mejor es que tanto Asha como
Khail se la llevan muy bien. Durante el día quedamos Asha y yo solos ya que
Khail se encarga de visitar las distintas comunidades que atiende llegando
preciso a celebrar la misa de 6:00PM. Es en la cena donde siempre los tres
comemos juntos y solemos contar anécdotas de la niñez o sobre las costumbres
musulmanas con las que Asha creció. A pesar de tener muchas ganas de estar con
ella el ambiente tan sacro me cohíbe por
lo que hemos aprovechado de conversar y conocernos mejor sin desaprovechar la
oportunidad de besarla y decirle cuanto
la amo.
Khail al tanto de todo el contexto en que
se ha desenvuelto esta cruzada por el amor, ha estado de acuerdo en que nos
marchemos lo más pronto posible a Turquía, donde podemos vivir en la casa de
nuestra niñez. Tomando en cuenta de que pronto las autoridades policiales
podrían llegar a la casa parroquial por el caso de la muerte del capitán y en
busca de Asha. Es así como mañana a primeras horas partiremos en un vuelo
directo a Estambul. Por este motivo le he pedido a Khail que nos case antes de
irnos y el gustosamente ha aceptado. Asha ante la idea se puso muy contenta y
manifestó su alegría con risas dibujadas en sus labios y dos lágrimas como
perlas acariciando sus mejillas.
Son las 10:00PM. Junto a mi amada y Khail
vivo el momento más emocionante de mi vida al estar a punto de contraer nupcias
con Asha. Siento su emoción en sus senos erectos y piel tensa, sus manos frías
y mirada de inocencia complacida. Yo igualmente emocionado no dejo en pensar
que ya no tendremos que dormir esta noche en cuartos distintos, y en lo felices
que seremos. La Iglesia está llena de flores diversas con sus distintas
tonalidades y aromas. Hay dos cirios encendidos en el altar y un hermoso Cristo
de plata. Mi amada después de haber recibido el sacramento del Bautizo para ser
cristiana y los demás sacramentos necesarios se arrodilla a mi lado para
empezar la celebración. Ambos nos tomamos de las manos y empezamos a vivir un
momento eterno y glorioso, donde los ángeles cantan y glorifican a Dios autor
del amor.
Después de un breve sermón, en que mi
hermano le advertía Asha lo difícil que
es soportarme y a mí me recordaba la penitencia que me dio al absolverme, pude
besar a mi esposa con toda la pasión contenida y la alegría que amerita el
caso. Después que Khail me separó de sus lábios nos dispusimos a concluir la
ceremonia y ha dirigirnos a la casa donde efectivamente mi hermano no se opuso
de que durmiéramos juntos, siempre y cuando guardáramos la debida compostura.
Es por ello que para evitar problemas nos fuimos a la habitación de huéspedes
más alejada de su cuarto.
Noche espléndida en que por fin podemos
amarnos sin ninguna atadura y aprobados hasta con la ley de Dios. Nuestra
alegría y emoción se unen en un solo momento donde no solo los cuerpos se unían
sino que hasta nuestras almas sentían excitación. Morir de inmersión en sus
pechos era volver a nacer y sentir las delicias intrauterinas reaparecer. Ecos
repetidos anuncian miradas perdidas en un estremecimiento total. Es delirante
percibir sus ojos verdes y negras cejas en miradas inmisericordiosas que no
aceptaban de mí una negación a sus peticiones.
A la luz de un ventanal medieval se produce una danza de espumas, donde
nuestros cuerpos entre dedos suyos y míos suben, bajan, se retuercen, se estiran,
se agradecen. Preciosa musa que brinca traviesa como joven paloma presa que
revolotea con fervor. La brisa se le queda ensortijada en su melena y sus dientes entre sus labios pastan como
rebañito blanco en un aprisco de fresa. La ilusión se hace cautiva en su alma
que con la ingenuidad de una rosa primera ama e hiere a la vez, pero sus
heridas no son de dolor sino de deseos.
Mariposa, flor del aire, loca de vida y pasión; incansable
bailarina sobre selecta flor. Como abeja eres resumen del aguijón y del beso,
vuelas sin timidez a entregarte a los néctares de la primavera. Volando has
llegado al valle de la felicidad con tus caprichos de niña, tu nerviosa danza
fresca, tu gran profecía blanca que nos promete eterna bienaventuranza en
contacto con tu piel seda.
Entrego mi ser sin agotarlo, haciéndolo nuevo cada instante
para ofrecerlo de nuevo a tus pechos
donde, aunque reciente, vuelve ser consumido como una pluma dentro del sol. En
tus manos amada Asha he colocado mi esencia toda.
La noche se ha desnudado
y descubierto al viento atrevido y grueso...
El amanecer se presenta con deliciosa frescura trayendo el
sol en la mano, junto a jilgueros y ruiseñores que cantan a los pies de la
aurora. Las rosas se abren y acrecientan su aroma con el alba, jazmines y
geranios sin esfuerzo se dejan ver por la ventana. Margaritas distantes se
imponen en lejanos prados mientras que el árbol de mi noche memorial sacude sus
ramas por brisas despertinas llenas de rocío. Volteo y veo el cuerpo de mi
amada tendido plácidamente en mi lecho y todo la belleza de las cosas creadas
son vilezas comparadas con ella. Es un gusto inexplicable al verla apenas
cubierta por una delgada sábana blanca e indescriptible la sensación que da el
despertarse y saber que está allí, junto a
mí, muy cerca. Después de admirar su cuerpo cauterizado por mis besos me
levanto sin despertarla.
Mi reloj marca 5:00AM. Me dirijo al baño donde tomo una
ducha de agua caliente y alisto para
adelantar el pequeño equipaje para el viaje.
Con los boletos y pasaportes en mano, obtenidos gracias a un
pequeño tráfico de influencias con unos amigos de mi hermano, despierto a mi
amada con un cálido y suave beso en sus labios dormidos. Ya despierta la
acompaño al baño donde se alista mientras conversamos sobre lo feliz que
seremos.
Desayunamos con Khail rápidamente y partimos al aeropuerto
helénico con buen tiempo para tomar el vuelo de 8:00 AM directo al aeropuerto
internacional de Estambul.
Khail iba manejando.
Llegamos, en un clima
de ansiedad y alegría. Nos despedimos de mi hermano agradecidos por toda la
atención que amablemente nos había dado. Después de abrazarlo fuertemente él
notablemente emocionado nos da su bendición al momento que tomamos el vuelo
número 431 que nos llevaría a la felicidad en otras tierras.
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