lunes, 8 de octubre de 2012

Poemario: A Mein Lilie Parte II / Autor: Ronald Rivera



Hermosa mujer, blandamente fiera,

Dueña del hilo de mi atormentada vida,

En cuya bella mano vive asida

Mi esperanza soñada noches atrás,

Y la mortal tijera de mis preocupaciones…

 

En mis momentos más críticos de la vida, tus pechos me han alimentado con leche de tigres… A partir de allí vivo cuando vuelvo a verte.

Ni tú puedes dejar de ser hermosa

Ni yo de tener vida y amarte.

 

Deja reír a la serena boca

Cuyos dientes esconden

La fuerza de una vida

Que ha sabido responder con humildad

Las espinas del dolor…

Tranquila… la Rosa nadie te la arrebatará.

 

Eres belleza singular, ingenio de mi vida. Mía porque surges tras los trazos de mis manos y vives tras los movimientos de mis dedos…

Laurel de mis sienes, eres la felicidad divina debida por los Dioses, a los afanes de mi agitación…

Mereces mi sangre, estrella, eternamente.

 

Desnudo tu cuerpo de la vaina ociosa de la vida, que esconde al más hermoso sable de marfil bruñido por mis lágrimas y labios.

 

Preciosa, me has dado 13 meses de tu mundo unido al mío… Cada día daré un color nuevo a tu vida, aunque parezca que la escala de colores no pueda producir alguno más… Son muchas las cosas que nos faltan por hacer… Podemos hacer cosas que ni siquiera podemos imaginar…

 

No te detengas nunca cuando quieras buscarme. Si ves muros de agua, ancho fosos de aire, setos de piedra o tiempo, guardia de voces, pasa.

Te espero con un ser que no espera a los otros: en donde yo te espero sólo tú cabes. Nadie puede encontrarse allí conmigo sino el cuerpo que me ha escogido, y yo he tomado.

 

Me llevas intacto, inajenable, a un gran espacio en blanco, donde no hay vuelos sino los vuelos tuyos, donde sólo existen los pasos de tus pies.

 

Te amo con sinapsis constantes, desde mis testículos a la garganta… Te amo porque pastoreas mi locura… Paciencia, sigue aguantándome por favor.

 

Deseo amada mía que vivamos el uno para el otro, que sigamos alimentando nuestros sueños… Sigue viendo mi corazón, allí hay flores siempre nuevas, y su aroma se parece al que brota cuando escucho tus latidos… Deseas decirme cosas indecibles, sientes algo que no lograría expresar lágrima ni sonrisa alguna… Lo sientes, lo llevas del placer al dolor, no se define sólo es. Y me roba suspiros, por que es solo para lo que yo soy, excluye todo lo demás. Me gusta… Veo tu mirada y cristalizo lo que yo también he vivido, y recuerdo que mis latidos también son semejantes a los tuyos…

 

Te amo y animo para que sigas excitándome con tu alma femenina… Te felicito, con sinceridad mis hormonas lo expresan.

 

Divinidad amada, ámame y desinhíbete conmigo cada vez más… Llévame a amarte, más allá, donde nadie puede hacerlo.

 

Gracias por despertar tras mi beso, mi mirada y mi voz…

 

Preciosa

 

 

 



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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