miércoles, 13 de diciembre de 2023

Crecer a pesar del sufrimiento


Cuando la vida es dulce, da gracias y celebra. Cuando sea agria, da gracias y crece. Así subtitula Shauna Niequist su libro Agridulce (Vida Publishers, 2011). El agradecimiento por todas las cosas que nos suceden, buenas y malas, está en la base de la búsqueda de la plenitud, la verdadera felicidad. Incluso por las situaciones que nos causan dolor merecen cierto agradecimiento, puesto que en ellas se haya la base de nuestro crecimiento intelectual, emocional y espiritual. Porque el dolor nos puede ayudar a crecer.

De hecho, el dolor y las experiencias amargas son potentes abonos para construir tu crecimiento personal profundo. Un sufrimiento desde el que puedes iniciar cambios trascendentales para crear una mejor versión de ti mismo. Esto tiene un nombre. Se llama crecimiento postraumático. 

Nuestro papel como cristianos:

La enfermedad, el sufrimiento y el dolor, son un gran problema para los hombres y mujeres de todos los tiempos. Parecen innatos al ser humano. Lo acompañan durante toda su vida. Y denotan su impotencia, límite, finitud; y presagian su destino final: La muerte.

En él producen sentimientos de angustia y tristeza, de depresión, de rebeldía, sino contra Dios, con quienes los atienden y son responsables de su salud.

En la Antigua Alianza, adquiere características de lamento, acompañado por el pedido de curación a Dios, y un movimiento hacia la conversión y el pedido de perdón y reconciliación, pues con facilidad se vincula la enfermedad y el dolor a alguna falta cometida. De allí la tan mentada pregunta: “-¿Por qué?”.

Y si la enfermedad y el dolor se vinculan al pecado y al mal, la vida y la salud total se las relaciona con la fidelidad a Dios y a sus mandamientos.

Por ello, cuando se habla escatológicamente, con un sentido final, y esto resalta en los Apocalipsis, se pone de manifiesto que allí “no habrá llanto ni dolor”, se perdonarán las faltas y serán destruidas la enfermedad, la muerte y el dolor.

Pero también, para los que los saben descubrir, producen frutos y efectos positivos.

Antes que nada. Tendríamos que decir que el sufrimiento es el padecimiento subjetivo (personal) de algún mal.

1 comentario:

  1. El texto es de gran significado para un cristiano fervoroso y creyente, pero para lo que no lo somos, como es mi caso, quizás tiene otro significado. La ratio jesuita que nos la impusieron como un hierro a los que fuimos estudiantes en sus colegios, nos llevó a otras reflexiones, unos efectivamete de camandula, otros , "viva la vida", despreocupados de todo y otros con la inquietud griega y hasta oriental de averiguar quienes somos.
    La experiencia de vida de cada quien nos lleva en mi caso a responder que estamos de manera temporal, cada uno con su fecha de caducidad, antes o despúes que otros seres cercanos, pero con la mira en como podemos dejar huella en este planeta. Huella de haber vivido con intensidad, con aciertos y errores, y siempre con la idea que habrá despúes que dejemos nuestros cuerpos.
    Yo personalmente ya no hablo de muerte, porque ya experimenté que hay una energía que sale, llamese espírtu y parece de gran armonía, quietud y de misterio, como tambén es misterioso a los que tuvimos esa sensación porque la vimos, en mi caso de un accidente de montaña, pero más allá de lo sucedido, es cada instante y minuto, existe la posibilidad de limpiar esa energía, para que brille más la armonía interior y poder incidir en lo positivo del reconocimiento de la otredad, porque definitivamente no vinimos a imponer "verdades", sino una especie de compartir en cada acto una posibilidad de ser mejores seres.
    Felíz navidad a todos

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