lunes, 27 de marzo de 2023

Sinodalidad: La teología de las religiones

 


La teología de las religiones


La teología de las religiones se comienza a considerar una disciplina teológica debido al auge de otras religiones y su establecimiento al lado del cristianismo. Este enfoque teológico pretende responder a la difícil pregunta sobre el valor revelador y salvífico de las religiones no-cristianas, hasta que punto y en qué intensidad ellas manifiestan la presencia del Dios vivo y verdadero y en qué medida ofrecen los medios para acoger la gracia divina, que libera y conduce a la comunión plena con Dios. La respuesta equilibrada se sitúa entre las posturas extremas: exclusivistas y pluralistas-relativistas. En el primer caso, se considera al cristianismo la única religión verdadera. Las otras apenas manifiestan mentiras y errores, sirven a la idolatría. En el segundo caso, se acepta que todas las religiones son igualmente verdaderas, portadoras de gracia. El cristianismo sería apenas manifestación privilegiada del fenómeno religioso y de la revelación del único Dios, destinada sobre todo a occidente. Las religiones serían así caminos paralelos que se encontrarían al final de la historia. En esta postura, la teología de las religiones acaba siendo una abstracción simplista.


La posición inclusiva intenta esquivar los dos extremos. Sostiene que todas las religiones participan, en diferentes criterios decisivos del juicio al cual está sometida hasta la religión cristiana.


K. Rahner se sitúa en esta postura: Afirma que las grandes religiones son preparación para el cristianismo y se constituyen en verdaderas mediaciones hasta que el cristianismo se encarne verdaderamente como mensaje salvador en cada cultura.


Hans Küng utiliza el criterio humanista supra-religioso: “Una religión es buena y verdadera en la medida en que sirve a toda la humanidad, en la medida en que, en sus doctrinas de fe y costumbres, en sus ritos e instituciones, fomenta la identidad, la sensibilidad y los valores humanos, permitiendo así al hombre alcanzar una existencia rica y plena” (Küng, 1989: 194).


Aunque esta postura encierra un sentido ético-práctico válido, no aborda la cuestión propiamente teológica de una teología de las religiones. Se limita a responder al nivel antropológico. El enfoque macro-ecuménico atraviesa los grandes tratados de la teología académica al rescatar los valores implícitos y explícitos de las religiones que ayudan al cristianismo a recuperar y enriquecer algunas de sus verdades. Así, la teología fundamental afronta la cuestión de la pretensión del cristianismo frente a las otras religiones; la dogmática incluye en sus cursos la visión de las grandes religiones sobre la imagen de Dios, la muerte, el concepto de salvación, gracia, pecado, la función de la comunidad religiosa particular, etc. Además, interpreta desde nuevos parámetros la universalidad de la salvación en Cristo.


La moral amplía su abanico de interlocutores al considerar la posición ética de otras religiones en la confrontación con el cristianismo. En definitiva, se reelaboran los datos que ayudan a los cristianos a comprender su fe en una sociedad plurirreligiosa y a establecer diálogo macro-ecuménico vivo, eficaz y enriquecedor. La teología de las religiones, en cuanto enfoque macro-ecuménico, no sólo afecta, por tanto a los contenidos de la fe sino al modo de articularlos (cfr. Dupuis, 1997).

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