Desde que el sacerdote toledano anunció que abandonaba las redes sociales en contra de su voluntad y por orden directa de su arzobispo, Francisco Cerro Chaves, su nombre ha sido más conocido entre los católicos, especialmente en España. Pero la decisión de Monseñor Cerro Chaves nada tiene que ver con anteriores polémicas relacionadas con el programa la Sacristía de la Vendée en el que el padre Delgado ejercía como cabeza visible de este grupo de sacerdotes, y que como recordarán desearon públicamente la muerte del Papa Francisco.
La verdadera razón de la decisión del arzobispo de Toledo ha sido por recomendación de la Santa Sede. A raíz de la denuncia de un ex miembro del Sodalicio de Vida Cristiana, de nombre José Enrique Escardó.
¿Quién es José Enrique Escardó? Es el comunicador es el primer denunciante del “caso Sodalicio”, como se conoce en Perú a la organización conservadora de la Iglesia católica fundada en 1971 por el laico consagrado, Luis Fernando Figari, que es investigada por abusos sexuales, físicos y psicológicos a sus propios miembros por el Vaticano.
La Santa Sede obligó al sacerdote Francisco J. Delgado que cierre sus redes sociales y se dedique a rezar tras atacar al comunicador peruano, José Enrique Escardó, que es investigada por la misión papal formada por el arzobispo de Malta, Charles Scicluna y el monseñor Jordi Bertomeu.
Escardó denunció al padre José Francisco Delgado por varios tuits que ambos intercambiaron a través de redes sociales.
Por tanto la sanción al padre Francisco José Delgado se debe a que éste habría «atacado a una víctima y testigo protegido de una investigación que el Vaticano» y no por su postura tradicionalista como algunos medios afirman.
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