sábado, 22 de enero de 2022

El descubrimiento de la Sinodalidad: Congar, Rahner y Ronaldo Muñoz (Parte III)




Yves Congar

El espíritu sinodal del pontificado del Papa Francisco es el espíritu del Concilio Vaticano II, que se expresa a través de una eclesiología esperanzada propia del Pueblo de Dios. El camino sinodal es una invitación a un proceso de conversión. Por tal motivo el reconocer el rostro de una Iglesia sinodal implica un discernimiento de nosotros como bautizados, si deseamos asumir el clamor del Pueblo de Dios o seguir un modelo eclesial piramidal que no responde a las exigencias que pide el Evangelio.


Por lo que hemos expuesto no es de extrañar que el Papa Francisco haya citado en su discurso de apertura del Sínodo al teólogo Yves Congar. El teólogo francés refería con toda claridad, que si hay estructuras que ya no responden a los tiempos actuales, esas estructuras no tienen sentido porque no transmiten la fe, porque más bien se convierten en obstáculos. Yves Congar era un visionario de la eclesiología de su tiempo.


Congar como perito del Concilio Vaticano II contribuyó en su espíritu. El documento conciliar Unitatis Redintegratio cuando habla de reforma dice, la reforma se hace por fidelidad a Jesucristo, no es por fidelidad a nosotros mismos que queremos una nueva institución, sino por fidelidad Jesús a quien tenemos que responder de nuestro seguimiento cotidiano (Cfr. numeral 6).


La Reforma de la Iglesia

La sensación de que la Iglesia debe renovarse es una constante a lo largo de la vida de Congar, pues sentía que la Iglesia después del Concilio de Trento y del Concilio Vaticano I, no reproduce de manera exacta el ideal evangélico y tampoco está en total sintonía con el mundo en el que vive.


Nadie puede negar que el concilio Vaticano II ha promovido un resurgimiento espiritual, un impulso misionero, el diálogo con el mundo contemporáneo, el ecumenismo, la transformación de las instituciones para promover la vida laical y la participación de todos. Pero siguen muy presentes algunos graves problemas internos, la tibia vida de fe de muchos cristianos y la provocación de una cultura ya postcristiana. Y aún subsiste un problema mayor: El clericalismo.


Sólo desde Dios y con el deseo de convertirse y acercarse a Él es posible una renovación auténtica y eficaz. La aportación de la Iglesia al mundo se sitúa en este orden teológico y espiritual. Este principio teológico, base de la verdadera reforma, ha de completarse con la apertura a los anhelos y sufrimientos del mundo, el discernimiento del sentido de comunidad y la integración de la tradición, auténtica objetividad teológica alentada por el Espíritu Santo.


Yves Congar es sin duda un referente de la Sinodalidad.




Karl Rahner

La obra de Rahner es muy valiosa en el quehacer teológico de la Iglesia, y que podemos visualizar en su libro "Cambio estructural de la Iglesia". Este texto surgió como una reflexión para el Sínodo que la Iglesia alemana celebró en 1971. 

La obra teológica de Rahner es de íntima vinculación con el Concilio Vaticano II y en la actualidad puede ser considerada como un referente obligatorio en el espíritu sinodal que nos invita a vivir el pontificado de Francisco. La eclesiología vista desde el pensamiento de Rahner es una eclesiología de estructura horizontal, propia de la imagen de Pueblo de Dios. Su teología tiene un método didáctico, y podemos comprenderla a partir de tres preguntas:


La primera, ¿Dónde nos encontramos? La Iglesia de aquel momento era una Iglesia camino de perder su situación de cristiandad, con un gran desfase respecto de la cultura del momento y fuertemente polarizada en sí misma. 


Ante una situación tan delicada,  la segunda pregunta que realiza Rahner es: ¿Qué había que hacer?. Su respuesta era que la Iglesia debería seguir siendo católica y romana, pero desclericalizada, entregada al servicio de la humanidad, punto de referencia ético pero dejando la excesiva moralización en que se había caído, una Iglesia de puertas abiertas, con directrices concretas y, sobre todo, llena de una espiritualidad auténtica (intuición de la que aún vivimos, cuando recordamos constantemente que el cristiano del siglo XXI será místico o simplemente no será). 


La tercera pregunta proponía ¿Cómo imaginar la Iglesia del futuro?. Rahner contemplaba una Iglesia abierta, ecuménica, cuya vida surgiera de la base eclesial, democratizada en sus estructuras y crítica con la sociedad. Es fácil ver que el programa, en el fondo, sigue vigente en la esperanza de todos los bautizados. 


Ronaldo Muñoz

El valor del trabajo teológico de Ronaldo Muñoz bebe de la riqueza evangélica de la Iglesia latinoamericana. Levanta su voz desde la Iglesia Chilena como un profeta que previene de los grandes peligros del clericalismo. 


El llamado del Papa Francisco a la sinodalidad, a caminar juntos, está en la línea profética de Ronaldo Muñoz. Actualmente la Iglesia vive un tiempo de gracia con el Sínodo sobre la Sinodalidad. Pero un tiempo de gracia que implica un llamado de conversión y a la exhortación crítica a una Iglesia que, como institución, no ha podido extirpar hasta ahora la tentación del clericalismo, distorsión de la autoridad sacerdotal. 


La Iglesia, en distintas oportunidades cae en el error de relevar a los fieles de sus deberes como miembros del Cuerpo Místico de Cristo, con una sustancial misión, relegándolos al papel de simples empleados de las parroquias, mientras encumbra al sacerdote –a veces seduciéndolo hacia un autoritarismo no cónsono con su vocación de servidor- y lo recarga con tareas que bien podrían realizar laicos bien formados. 


Esta distorsión no solamente pervierte el objetivo de la estructura eclesial, sino que  como nos previene teólogo chileno Ronaldo Muñoz, "las estructuras de forma clerical, digamos las que asumen el clericalismo como parte de la vida cotidiana, se convierten en obstáculos para el anuncio del Evangelio", vulnerando el propósito esencial del sacerdocio y laicado.


¿Cómo avanzar en la Sinodalidad?

  • Detenerse y revisar el problema del clericalismo, para vivir una manera más completa de ser Iglesia.

  • Entender a la Iglesia como siempre en proceso de renovación, de conversión. Llamada a caminar por los senderos de reforma continua, en el espíritu conciliar de la Unitatis Redintegratio.

  • La Iglesia debe entenderse como Pueblo de Dios.

  • Trabajar para una reconfiguración eclesial en sinergia de las Iglesias particulares, para desligarse de los obstáculos que distancian al Evangelio.






@RonaldMRivera


1 comentario:

  1. Tres visiones y tres planteamientos. Todos esclarecedores para entender mejor el servicio a los hermanos, dentro de la Iglesia.

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