El presente siglo ha traído consigo grandes retos y oportunidades para todo aquel que desee repensar la pedagogía y la transmisión de conocimientos. Estamos en un mundo donde se valora positivamente la velocidad, lo cambiante y novedoso, eso sitúa a la pedagogía en un ambiente altamente competitivo. Donde se somete ésta a la tensión de tener que atender las diversas demandas de la educación actual. Es por ello que la pedagogía debe entrar en la dinámica de una constante renovación, lo que en el ambiente académico se conoce como actualización profesional o curricular.
Esta dinámica implica el desarrollo de las habilidades cognitivas y discursivas, sin el desarrollo de estas habilidades la pedagogía se enfermaría de pensamiento monocromático y terminaría sacrificando el sano juicio por intereses egoístas. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos OCDE (2006) formula las diversas preguntas, ¿Cómo están los estudiantes bien preparados para responder a los retos del futuro? ¿Son capaces de analizar, razonar y comunicar con eficacia sus ideas? ¿Pueden razonar, analizar y comunicar sus ideas eficazmente? ¿Han encontrado los intereses en los que persistirán a lo largo de sus vidas, como miembros productivos de la economía y la sociedad?.
Son estas preguntas que nos ofrece la OCDE las que colocan el pensamiento crítico y la lectura como acciones prioritarias para el desarrollo sano e integral de todas las personas que hacen vida social en la actualidad. En el ámbito educativo, haciendo mención especial al ámbito educativo venezolano, la importancia de un pensamiento con juicios propios es esencial para hacer frente a interpretaciones unidireccionales. Al hablar de pensamiento crítico en pedagogía se debe vincular con la importancia e impacto de la lectura como una habilidad indispensable en la actualidad, para la formación académica y profesional de los estudiantes y así, satisfacer las exigencias de hoy y del mañana.
@RonaldMRivera
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